Los huracanados vientos de la semana pasada hacían temer a más de un vecino de Padilla de Arriba que los restos de la Torre Caída quedasen reducidos a escombros. Esta vez se libró, pero todos en el pueblo saben que el tiempo corre en contra y por ello quieren salvar cuanto antes lo que queda de la iglesia de Santa María, que se derrumbó en 1920. Ahora han dado el primer paso firme para empezar a recuperar este patrimonio olvidado y gracias a las aportaciones recibidas han logrado consolidar la zona del ábside.
Aún queda mucho trabajo por delante para asegurar todas las ruinas que quedan del templo y para impulsar este atractivo turístico, pero por ahora ya se ha conseguido sujetar una parte. Este trabajo se consideraba prioritario para consolidar los muros y evitar su caída, ya que además en este mismo punto se realizó durante el verano una excavación arqueológica por parte del equipo de Proyecto Royales y afloró algunos secretos del pasado. El primer paso de un nuevo yacimiento. Se recuperaron restos de entre 8 y 10 individuos -que podrían ser del siglo XVII o XVIII y se plantea si acabaron allí tras una plaga o alguna guerra-, además de dos fragmentos de mosaico romano bajo un altar.
Mucho más esfuerzo queda por hacer para que estas ruinas puedan convertirse en un espacio de usos múltiples donde se pueda volver a reunir el pueblo, tal y como desean los vecinos. Desde la Asociación de Amigos de la Torre Caída sueñan con que se pueda convertir en el futuro en un atractivo turístico, además de un proyecto social y cultural. Eso sí, aseguran ser conscientes de que deben ir paso a paso y que el primer objetivo se centra en consolidar la estructura. A través de donaciones, rifas, sorteos y concursos han logrado reunir 6.000 euros, pero ahora inician la campaña 'Entre todos la mantenemos en pie' con el fin de que la gente pueda seguir realizando sus donativos en la parroquia de esta localidad de Odra-Pisuerga.
La empresa de restauración Achivolta se ha encargado de desarrollar esta obra. - Foto: PatriciaUna vez que se ha conseguido estabilizar el ábside, ahora queda «coser» y sostener los otros muros que quedan de la iglesia, según explica Tomás de la Torre, de la empresa de restauración Archivolta. «Por lo menos hemos conseguido, ya que no se caiga lo que era el ábside, que tenía unas rajas muy grandes. Vamos a evitar que colapse esto, luego lo queremos impermeabilizar y a ver hasta donde llegamos», asegura Julio Aguilar, vecino de Padilla de Arriba. Tienen muchas ideas en mente y manejan varios presupuestos para desarrollar grandes proyectos, pero ahora tampoco quieren pensar en grande y prefieren ir «poco a poco».
«Ha colaborado mucha gente del pueblo, especialmente mayores que ahora no viven aquí», comenta Aguilar. Ejemplo de ello es Ana Mari, vecina del pueblo, que no ha dudado este verano en hacer la comida para todos los encargados del Proyecto Royales durante la excavación arqueológica y asegura que ella también sueña con ver este 'símbolo' en pie. Además de seguir sumando donativos para la causa, desde la localidad también confían en conseguir ayudas de otras administraciones, como de la Junta de Castilla y León.
El templo románico pertenece al siglo XII y se hundió al caer el tejado, arrastrando con él buena parte de las paredes. A partir de ahí se llegó a emplear como cantera para las reformas que se ejecutaron en el municipio, incluida la construcción de viviendas y de calles, y su mal estado de conservación provocó que se incluyera en el año 2008 en la Lista Roja de Hispania Nostra. Con el centenario del derrumbe se pusieron las pilas los vecinos y crearon una asociación para que no desapareciera por completo. Poco a poco se han ido contagiando esas ganas de recuperar el templo y van camino de conseguir el reto.