Carlos Barbero vuelve a estar en la misma situación que la pasada campaña. Su contrato con el equipo belga del LottoSoudal está a punto de concluir y no tiene equipo para la próxima campaña. 

Pese a todo, su preparación sigue siendo «la misma que en los 11 años anteriores». «Estoy entrenando como siempre en estas fechas. Llevo los mismos kilómetros, las mismas sesiones de gimnasio… todo lo llevo igual», apunta el corredor de Gamonal. Sin embargo, hace una importante matización: «Vengo de pasar una situación difícil la temporada pasada y no voy a volver a vivirlo. No lo voy a alargar en el tiempo como el anterior curso, que estuve hasta abril dando el 120%. Voy a intentarlo, pero no lo voy a dilatar tanto. Voy a estar hasta enero, y si no, tengo otros objetivos en mente», señala.

Barbero destaca el enorme esfuerzo mental que le supuso estar la pasada campaña seguir entrenando y cuidándose sin tener la seguridad de que fuera a surgir una oportunidad. «No voy a pasar por lo mismo. Fue muy duro psicológicamente», insiste para posteriormente añadir: «Me tengo que querer un poco más a mí mismo. Ya pague un alto peaje la pasada campaña que no estoy dispuesto a pagar otra vez».

Esta fase de su carrera profesional está siendo dura para el burgalés. En 2021 se vio sin equipo cuando tenía una campaña más con Qhubeka, pero el proyecto World Tour del conjunto sudafricano desapareció por falta de apoyos. Este año tenía más que encarrilada su renovación con el Lotto Soudal. Había tenido conversaciones con el equipo y todo parecía encarrilado, para finalmente torcerse. «Los directores y los compañeros me transmitieron que me había integrando muy bien en el equipo, yo estaba contento allí, por lo que la idea era continuar, pero al final se truncaron los planes», relata.

Cesará en su intento antes que el anterior curso, aunque eso no quiere decir que tire la toalla. Asegura que la prioridad es «encontrar un equipo» y seguirá trabajando para conseguirlo. Afirma que ha llamado a las puertas que le han querido escuchar, pero entiende que las circunstancias son complicadas, ya que «los equipos están cerrados a estas alturas del año».

Insistirá, ya que entiende que todavía queda ciclismo en sus piernas, aunque también tiene asumido que la vida de los ciclistas profesionales llega un día que se acaba por «distintas circunstancias». «Si sale algo perfecto, si no… Voy a estar al cien por cien y haciendo lo que toca en cada momento hasta enero. En el caso de que no salga nada tengo otros objetivos. Una vez que acabas tu carrera como ciclista quedan muchos años de vida profesional y tienes que tener metas y saber hacia adónde vas a encaminarte», comenta el ciclista burgalés.