Todo parecía encarrilado a falta de avanzar en las fases decisivas del proceso administrativo, pero los trámites para la reurbanización deAlfonsoVIII y del entorno del Monasterio deLas Huelgas frenaron en seco hace meses y la intervención está abocada a seguir en la lista de espera. Al menos, en el corto plazo.
Los trámites administrativos pendientes ya se quedaron fuera de los presupuestos municipales de 2024 y el equipo de Gobierno priorizará otras inversiones en sus previsiones iniciales para el ejercicio de 2025. Alfonso VIII se une así a otras ideas hoy secundarias como la ampliación de Castilfalé o la construcción de las cocheras de los autobuses. Las grandes apuestas del mandato necesitan avanzar en los próximos meses para desarrollarse en la segunda mitad del actual ciclo político y esa será la prioridad delEjecutivo.
La viabilidad del proyecto de peatonalización de la calle Santander o la puesta en marcha de Expoburgos son los principales focos de atención en materia urbanística, sin olvidar otras ideas que requieren un buen apoyo inversor como serán el complejo deportivo de CLH, el velódromo de SanCristóbal o el recinto futbolístico de Las Tejeras.
Todo ello, a la espera de definir el camino del nuevo MercadoNorte, una tarea que se presenta ardua y compleja. En mitad de este laberinto urbanístico y económico, la intervención en AlfonsoVIII no encuentra cabida en la planificación del bipartito formado por PP y Vox.
Los 4 millones de euros que, previsiblemente, necesitaría esta intervención son otro factor decisivo para el futuro de un proyecto que no acaba de ver la luz. El proyecto, cuyo coste se sitúa en los 127.000 euros, aún no se ha definido y los contactos mantenidos por elAyuntamiento con los vecinos tampoco sirvieron para agilizar otras cuestiones.
Del mismo modo que el equipo de Gobierno no ha renunciado a esta actuación, tampoco se han conseguido avances importantes en los últimos meses. Hace dos años, allá en la primavera de 2022, se resolvió el concurso de ideas y se anunció que el proyecto estaría listo en ocho meses.
Ya el pasado otoño se apuntaba a 2025 como punto de partida de esta reurbanización. El horizonte queda totalmente difuminado y se tardará en volver a fijar una fecha de referencia como punto de partida de unos trabajos que darán, llegado el momento, todo el protagonismo al Monasterio y al peatón.
La mejora de este espacio urbano tan particular se planteó en el tramo final del último mandato municipal. El actual equipo de Gobierno también tenía previsto en un primer momento seguir la línea descrita inicialmente para ir un paso más lejos al incluir el entorno delArco delAmparo en esta intervención.El objetivo, reordenar su entorno y proteger la estructura.
Esta futura ampliación del espacio peatonal se veía con buenos ojos porque acabaría con el polémico acceso de los vehículos por ese estrecho paso y completaría una intervención que eliminará en el futuro un centenar de plazas de aparcamiento.
Además, deberán definirse las alternativas para el paso del transporte público en una calle Alfonso VIII que replicará el estilo del pavimento incluido en la urbanización de Las Llanas con una nueva superficie cuya zona central presentará una mayor rugosidad.
Según el plan inicial, los residentes podrían acceder a una velocidad de 20 kilómetros por hora. Otro aspecto clave era la solución adoptada para la iluminación del Monasterio. Además de responder a una cuestión estética y práctica para tener el visto bueno de Patrimonio Nacional, la instalación definitiva se adecuará a los parámetros establecidos que garanticen la mayor eficiencia energética.