Como ya es tradición en la Arandina, Álex Izquierdo volvió a reunir a los medios tras el fin de temporada con el objetivo de analizar en profundidad la temporada recientemente disputada. La sonrisa de la Copa del Rey cambió por las lágrimas luego del descenso a Tercera RFEF. Una situación que el propio técnico ribereño, asegura que daría la vuelta con tal «de haber conseguido la salvación». Asimismo, las preguntas sobre su posible continuidad han dejado entrever un horizonte cargado de incógnitas por el momento tras un curso sumamente complicado.
«El desgaste ha sido para todos. El máximo responsable soy yo, pero hasta el último aficionado ha sufrido este desgaste. A nivel personal mentiría si digo que estoy lleno o que no me ha afectado. Ha sido un año de picos de felicidad y momentos duros», explicaba el técnico. Así pues, el contrato de Izquierdo finaliza a final de temporada, y todavía no descarta cualquier escenario. «Estamos en un momento de análisis y de muchas emociones. A partir de ahí veremos en qué posición ha quedado mi figura y fuerza».
Sobre el rendimiento del equipo, destaca la dureza de la primera vuelta y el «equilibrio en forma de resultados» del último tramo. A pesar de ello, reconoce que esos triunfos llegaron «algo tarde» debido al «déficit» de meses atrás. Si bien señala a los primeros meses como factor clave para no lograr el objetivo, acompaña al argumento con la crueldad del fútbol en ambas áreas, cuyas estadísticas esperadas situaban a la Arandina «como séptimo equipo que más peligro crea y sexto que menos ocasiones recibe».