Sotopalacios amenaza con cortes si no se señaliza su acceso en la nueva autovía

J. Maiques / Burgos
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Alrededor de 50 empresarios de la zona se reunieron ayer y confirmaron que la clientela de sus negocios ha caído un 70% en una semana

El tráfico ha caído de forma drástica en la nacional y una de las dos gasolineras podría tener que cerrar. - Foto: Jesús J. Matías

«Nos han sembrado de sal el campo». De esta forma tan explícita explicaba ayer Pedro González, propietario de Morcillas González, el daño que ha hecho a los negocios de Sotopalacios la apertura del primer tramo de la A-73 (Burgos-Aguilar) que se inauguró hace apenas una semana. Junto a él, otro medio de centenar de empresarios de la zona se reunieron en el Ayuntamiento de la localidad y avisaron que están dispuestos a «cortar la carretera» si no se toman medidas «urgentes» en el plazo de una semana. Fecha en la que comienza la operación salida y momento en el que el tráfico, y la actividad, aumenta de forma notable.

En lo que se centraron los empresarios, habida cuenta de que parece tarde para pedir un acceso directo a la zona, fue en reclamar que se señalicen sus localidades tanto a la salida de Burgos como a la entrada a la capital. De ahí que el alcalde de la Merindad de Río Ubierna, Raúl Martín Bellostas, señalara que están «indignados», expresara su «rechazo y repulsa» y avanzara que han pedido una reunión a la Subdelegación del Gobierno de la que esperan respuesta.

Tanto para Martín Bellostas como para los dueños de los negocios, resulta «inexplicable» que se señale la dirección a Quintanilla Vivar y a Quintanaortuño (los dos municipios más próximos a las señales) y que se obvie en los letreros la N-623 y N-627. Es decir, la carretera nacional de siempre, su paso hacia Sotopalacios y también el camino por dónde se puede ir a Villarcayo.

En este sentido, aseguraron que, además de «borrar del mapa» sus localidades, se ha dañado también a las Merindades y se olvidan de Vivar del Cid. Algo que contradice la promoción de los últimos años.

Como ya avanzó este periódico el domingo, los empresarios confirmaron que la clientela ha caído un 70%. De hecho, el dueño de las estaciones de servicio se plantea cerrar una de las dos gasolineras y Rubén Güemes, del Hostal Sotopalacios, ya se plantea prescindir de personal.