Si es Patrimonio de la Humanidad desde hace cuarenta años no puede estar al margen de esta humanidad que vive, piensa, sueña y siente. Así que el Cabildo tiene claro que, para hacerla aún más de todos, debe imbricarse en la sociedad. Y qué mejor manera que hacerlo desde la cultura, que es la que enriquece el alma y acaricia el corazón. El principal objetivo de quienes rigen los destinos de esta joya universal que es la Catedral de Burgos es abrirse a la cultura. Y en ello está: ya hay programadas, para los próximos meses, tres exposiciones, una que tendrá como protagonista a Picasso, posiblemente el artista español más universal.
«Queremos hacer una apuesta cultural, especialmente desde el punto de vista expositivo», explica Félix Castro, presidente del Cabildo. «Queremos entrar en esa dinámica, hacer del templo también una acogida al arte contemporáneo, como estamos haciendo con el proyecto de Fran Herreros. Queremos ser un referente cultural, de las distintas manifestaciones que tiene la cultura. Y hacerlo, claro, sin que ello suponga un menoscabo al sentido religioso, al espíritu y sentido del templo». Admite Castro que además de las ya proyectadas (Picasso, Sorolla) están valorando acoger en la sala Valentín Palencia otras exposiciones de artistas contemporáneos.
Está barruntando el Cabildo (aunque sólo es una idea todavía) establecer una relación mediante talleres y otras actividades con las canteras de Hontoria y Cubillo, de donde salió toda la piedra para construir la joya del gótico español. «Queremos involucrar a la sociedad, que ésta sienta que formamos parte de la vida cotidiana y que la cultura es una buena representación. Conciertos, exposiciones... Creemos que ese es un buen camino», subraya Castro. No vale, claro, cualquier cosa. «Lo que no podemos permitir es que se pierda la esencia y el espíritu de este lugar, que es la fe. Pero estamos abiertos a todo, al arte contemporáneo. Ahí está el Concurso de Pintura Rápida Diario de Burgos y otras iniciativas en las que ya estamos trabajando. La Catedral lleva ochocientos años acompañando a la sociedad y queremos que siga haciendo lo mismo. Ser Patrimonio de la Humanidad es ser de todos», subraya con convencimiento.