El mazazo que ha supuesto para la agricultura la tremenda sequía que se ha registrado este año en España también afectó a los productores de la zona de la ciudad delEbro.Sin embargo, un sector concreto ha conseguido salvar los muebles: el vitivinícola. Así lo confirman en la bodega Término de Miranda, donde han completado hace unas semanas su vendimia, repartida por todo el entorno del municipio, y estiman que en esta ocasión se han alcanzado unos 28.000 kilos de uva. Por otro lado, en la marca local Cachorro, que tiene DO Rioja, calculan que han llegado a los 20.000 kilos, de tal forma que, juntas, se acercan las 50 toneladas.
En este sentido, Javier López, uno de los miembros de Término de Miranda, destaca que se completaron los trabajos de que la uva «ha estado muy sana, con mucha calidad y con buen grado». Por eso mismo resta importancia a la ligera caída de la producción que finalmente se ha obtenido. Conforme a la explicación que realiza, en un momento inicial esperaban alcanzar unos 18.000 litros de su chacolí y en torno a 4.000 litros del verdejo, pero en el primero «el volumen ha sido un poquito menor y se ha quedado en unos 12.000», lo que se traduce en unas 21.300 botellas entre los dos.
Por su parte, Susana Castilla, de Cachorro, apunta que, como se han «adaptado» a la meteorología, también han conseguido contar con un producto «muy sano, con buen grado» y podrán volver a realizar más de 15.000 botellas, como en anteriores cursos. Desde su punto de vista, con ese nivel de oferta tienen capacidad para cubrir a su clientela tradicional, que se centra «mucho en la restauración», aunque recuerda que también disponen de un punto de venta digital para que cualquier consumidor pueda hacerse con alguno de sus caldos.
Desde Término de Miranda explican que este descenso en la producción «no supone ningún perjuicio», pues insisten en que «ha salido muy bien de grado y ahora solo queda que los clientes se animen».De hecho, consideran que, como ocurre con la marca Cachorro, ellos también tendrán capacidad suficiente para proveer a los compradores habituales.
Por ahora no les va del todo mal, ni con el tradicional chacolí ni con el verdejo, aunque tampoco con otras de sus especialidades, como el zurracapote. Es más, López destaca que este último elemento de su carta «va fenomenal», con ventas constantes durante todo el año por lugares tan distintos como «Andalucía o Madrid». Un poco más cerca se consume normalmente el vermú de Término de Miranda, sobre el que López adelanta que volverán a contar con unas 3.000 botellas.
Espumoso. La Navidad ya está a la vuelta de la esquina y Javier López anticipa que Término de Miranda va a «sacar de nuevo el espumoso». En esta ocasión ampliarán su oferta y pasarán de las 300 botellas de 2022 a «unas 400 o 500». Además, la bodega local prepara una sorpresa para «los coleccionistas», puesto que tienen pensado incluir en su producto un «bozal diferente». Todavía no han escogido si ese tapón llevará el Puente de Carlos III o la estatua de los Sanjuaneros, sin embargo, este miembro del colectivo sabe «que es algo que va a gustar».