La Gerencia de Aguas de Burgos lo tiene muy claro. Si la tasa del servicio no se sube «la calidad del agua» que consumirán los ciudadanos «se resentirá». Así se lo hizo saber el gerente al presidente de la sociedad municipal, Fernando Martínez-Acitores, quien insiste en que en los planes del bipartito, y en especial de su partido, no está incrementarla. De hecho, aifrma que solo la aumentará «si es estrictamente necesario y lo mínimo posible». Ayer se celebró el Consejo de Administración de la empresa pública, donde se dieron a conocer las cuentas de la sociedad y en la que el gerente dio los argumentos para subir esa tasa.
Hay que recordar que ya el anterior Gobierno municipal del PSOE y Cs sabían del planteamiento de la Gerencia de Aguas de Burgos de subir la tasa pero la proximidad de las elecciones municipales provocó que este asunto se silenciara y se aplazara para que fuera abordado por el nuevo Ejecutivo municipal. Ese incremento sería para poder afrontar el incremento de los costes de los contratos, la amortización por la depreciación de los bienes patrimoniales de la sociedad y para poder ejecutar las inversiones que se quieren realizar durante los próximos años.
En un principio la gerencia calculó que sería necesario incrementar el recibo en un 18%, si bien Martínez-Acitores aseguraba ayer que «el porcentaje no está cerrado ni se ha concretado». La subida se llevaría a cabo pese a que los indicadores de gestión de la empresa municipal del año 2022 recogieron que los ingresos habían superado en casi 2,2 millones de euros a los costes y pese a que a la liquidación de las cuentas arroja un saldo positivo de algo más de 6 millones.
En Aguas han negado que la subida de la tasa pueda tener relación alguna con un incremento del gasto de personal. Eso sí, se desconoce, al menos públicamente, el impacto económico que puede tener en la empresa municipal el convenio que se acaba de firmar hace unos meses, las contrataciones que se han realizado y las incorporaciones que se tiene planificado hacer en el medio plazo (está previsto un incremento significativo de la plantilla) y la huella que puede dejar en las arcas el proceso de promoción interna en el que se trabaja. En los últimos años, Aguas, de manera reiterada, ha obtenido beneficios millonarios y de ahí que hasta hace no mucho tiempo se la conociera en el Ayuntamiento, en términos coloquiales, como la gallina de los huevos de oro. En la crisis financiera de 2010, Aguas se convirtió en un chaleco salvavidas para aquella Corporación ya que tras la conversión en empresa comenzó a pagar una tasa que ha dado oxígeno al Ayuntamiento.