Se acerca la fecha del estreno y los nervios afloran. No es para menos después de haber estado con ensayos semanales desde el pasado 1 de octubre. «Está siendo un reto», reconocen respecto a la obra elegida para poner en escena y las dificultades existentes no solo en lo que a la interpretación se refiere, especialmente «intensa», sino también lo relativo a la escenografía, vestuario, decoración o producción.
Sesenta jóvenes y adolescentes, más una docena de monitores y sin olvidarse de voluntarios de su entorno más cercano y familiar, están detrás de Los Miserables, el musical con el que este año sorprenderán al público burgalés desde el centro juvenil de la parroquia de la Sagrada Familia.
Lo harán mañana en el Teatro Clunia a las 21 horas, repitiendo función en el mismo espacio cultural los sábados 11 y 18 de mayo para más tarde (el 1 de junio) trasladarse al Fórum Evolución.
Ambientada en el París de 1830, la obra basada en la novela homónima de Víctor Hugo se desarrolla en un contexto de devastación a causa de las revueltas al tiempo que transporta al espectador a un mundo de valentía, amor y humanidad. Sandra Escudero, en el papel de Eponine, se detiene en su «carácter luchador» y en la capacidad para afrontar las adversidades que comenzaron desde su infancia, mientras que Álvaro Láriz destaca del joven Marius su procedencia acomodada y su afán revolucionario.
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