La preparación y desarrollo de la gran bolsa de suelo que garantizará el crecimiento industrial y logístico de la capital en los próximos años constituye todo un desafío para el futuro de la ciudad. Un reto que exige de una precisión milimétrica en la elaboración y planificación de todos los instrumentos urbanísticos necesarios para acondicionar con agilidad los terrenos del denominado CAE (Centro de Actividades Económicas), ubicado en los alrededores del aeropuerto de Burgos. La modificación de Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que encargó el Ayuntamiento ya está casi lista y será sometida a aprobación inicial en el Consistorio en cuanto la Junta emita su dictamen medioambiental. De los 4 millones previstos en ese ámbito serán objeto de modificación 3,16 millones, pero en una primera fase se desarrollarán 121 hectáreas, la situadas en un sector llamado S-40, delimitado por la BU-30, la N-120 y la pista de Villafría.
La recalificación de los terrenos -de rústico a uso industrial y logístico- afectará a esas 316 hectáreas, con el propósito de asegurar a largo plazo (30 años vista) una reserva de suelo para garantizar el crecimiento empresarial de la ciudad. Pero en una fase inicial 'solo' se desarrollarán para su posterior urbanización 121 hectáreas, en un sector que está separado del polígono Burgos Este tan solo por la BU-30. Es decir, esa parte del CAE será la continuación natural del complejo empresarial de Gamonal, La Ventilla, Villayuda y Villímar. El horizonte que se marca el Ayuntamiento, según expresa el concejal de Fomento, Daniel Garabito, es tener todo ese sector urbanizado «en un plazo aproximado de seis años para empezar a recibir empresas».
Para que los lectores se hagan una idea esas 121 hectáreas representan una superficie superior a la que ocupa la tercera ampliación de Villalonquéjar, una bolsa de suelo que, «al ritmo actual de instalación de empresas en la ciudad, se agotaría en entre 10 y 15 años», según indica la misma fuente. Cuando esos terrenos ya estén «al 20% o al 30% de ocupación» es cuando «empezaría a desarrollarse el sector denominado S-41 -en un área de 180 hectáreas- que linda con la pista del aeropuerto, la N-120 y el ramal ferroviario que está construyendo Kronospan en la actualidad y que hace de frontera con el futuro parque tecnológico.
(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este domingo)