El cribado para la detección precoz del cáncer de colon afloró el año pasado más muestras sospechosas de tumoración maligna que en el 2023, a pesar de que hubo menos participantes y que el número de pruebas de sangre oculta en heces recogidas también fue algo inferior. Así, según datos oficiales de la Junta, de los 21.081 test que se entregaron en todos los centros de salud de Burgos, 1.183 mostraron sangre oculta (5,61%) y, por tanto, los pacientes fueron derivados a sus hospitales de referencia para que les realizaran una colonoscopia que confirme o descarte un posible cáncer colorrectal, que es el más frecuente entre la población general. Según el Observatorio de la AECC, en Burgos se diagnosticaron el año pasado 370 nuevos casos.
Pero, a pesar de que este cáncer sea el más frecuente en los dos sexos (si se habla solo de hombres, el primero es el de próstata y, en mujeres, el de mama) y a pesar de que el año pasado se amplió 4 años la horquilla de personas que pueden participar en el cribado (se amplió cuatro años, hasta los 74) en Castilla y León, el porcentaje de participantes no solo no se incrementó, sino que volvió a bajar un poco: del 41,17% del 2023 al 39,66% del año pasado.
Estos datos todavía se consideran provisionales, porque las personas 'invitadas' a entregar su muestra de heces en el centro de salud disponen de dos años para hacerlo desde que reciben la carta de la Consejería de Sanidad. Pero lo cierto es que suele haber pocas diferencias. Hace tiempo que la participación en este programa de prevención se mantiene bastante estabilizada y lo habitual es que solo cuatro de cada diez personas con edades comprendidas entre 50 y 74 años se hagan esta prueba. Es decir, que el 60% de las personas con las edades en las que, se supone, se incrementa el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, obvian este cribado. Y eso que tanto desde los servicios de Oncología Médica como desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) insisten en que es «fácil y eficaz» a la hora de detectar señales sospechosas de cáncer. Porque no en todos los casos en los que hay sangre en heces se deben a una tumoración maligna -puede haber otras causas- pero sí ponen sobre la pista de pólipos que en principio son benignos, pero que con el paso de los años se malignizan.
Así, el objetivo de este programa de salud pública implantado desde hace más de doce años en las nueve provincias de la Comunidad es detectar cuanto antes la lesión para evitar, primero, el desarrollo de un cáncer y, en los casos en los que ya hay células malignas, que el tratamiento se inicie en fase precoz. En los casos en los que se consigue, el tratamiento puede limitarse a la cirugía en la que se quita el tumor y nada más. Pero si ya está avanzado, a la operación hay que añadir tratamiento quimioterapia y/o radioterapia.
Sanidad envió el año pasado 53.168 invitaciones en Burgos.