Un remanso de literatura

DIEGO PÉREZ LUENGO / Burgos
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La escritora Elvira Lindo ha participado este fin de semana en un retiro literario en el municipio burgalés de Castrojeriz para compartir con lectores su visión sobre su última novela. «La hemos hecho real y humana», comentaban algunos participantes

La escritora Elvira Lindo, con gorra en el centro, camina por las calles de Castrojeriz con miembros del retiro literario. - Foto: Iván López

La literatura tiende a crearse en la soledad de un escritorio, en la intimidad de un ambiente que permita la concentración de aquel que juega con personajes y da vida a una historia que busca la fórmula para pasar a la inmortalidad de los libros. Elvira Lindo, reconocida escritora gaditana, ha pasado este fin de semana en la localidad burgalesa de Castrojeriz acercando su última obra a los lectores y compartiendo sus experiencias frente al desafío de la página en blanco.

Han sido 30 las personas que han participado en este retiro literario que arrancó el viernes en el marco del Hotel Quinta San Francisco. Con una programación centrada en la lectura y en compartir impresiones acerca de En la boca del lobo, última novela de Lindo que llega a adentrarse en un entorno rural, han tenido tiempo para sumergirse en el complejo y apasionante mundo de las letras.

«Lo más chocante de encontrarte con lectores es escuchar las interpretaciones que ellos hacen de una misma historia, es decir, que tú escribes una historia, pero no sabes cómo el lector la va a recibir y cómo la va a interpretar», destacaba ayer la escritora, que a su vez reconocía que en el transcurso de la actividad ha tenido tiempo para intercambiar conversaciones personales con los integrantes del retiro. «En estos sitios donde se respira tanta paz acaban abriéndose y contando ellos sus propias historias, con lo cual ha sido como un encuentro de un relato clásico por así decirlo».

Lo más chocante de encontrarte con lectores es ver que cada uno tiene una interpretación de la misma historia que tú escribes»

En pleno Camino de Santiago, donde aún quedan peregrinos que se adentran en el desafío de transitar entre el melancólico otoño de los campos castellanos, se abre el escenario ideal para profundizar en las relaciones personales. Henar venía desde Bilbao y ha pasado el fin de semana dentro de este programa de lectura. «Es maravilloso poder escuchar a una distancia mínima a la escritora que llevas leyendo toda la vida. La hemos hecho real y humana», comentaba.

En el programa del encuentro se contaba, entre otros actos, con dos círculos de conversación con la autora y una salida al pueblo para cruzarse con la cotidianidad de un municipio que seguía su ritmo de un octubre avanzado. Judith, de la Asociación Amigos del Patrimonio de Castrojeriz, con su saco de sabiduría sobre el pueblo que la ha visto crecer, fue la encargada de guiar una visita que comenzó en la Colegiata de Santa María del Manzano, serpenteó por las empedradas calles en cuesta y concluyó en el ayuntamiento, donde esperaban vecinos y lectores.

«Desde el coronavirus veo que se ha experimentado una vuelta a los orígenes. A mí no me gusta utilizar el término de España vaciada porque suena muy triste y creo que hay que llenarlo de sentido», promulgó Elvira Lindo antes de comenzar con la presentación de su libro en el salón de plenos del consistorio local.

Un entorno rural como este te llama a pensar y reflexionar, es como si se parasen los relojes  y te dejases llevar por aspectos muy sensoriales»

Tras algo menos de una hora de conversación, a la que se pudieron sumar los asistentes, Lindo procedió a la firma de ejemplares y la clausura de un fin de semana diferente en Castrojeriz. «Ha sido muy interesante. La relación entre todo el grupo ha sido fluida y fácil y se han estado preguntando unos a otros qué habían entendido sobre la novela. Elvira además tiene la sabiduría para explicar los pormenores de cómo crea y concibe los libros», apuntaba Delia, de la organización del retiro.

La lectura, la intimidad y el intercambio de ideas han hecho que el pueblo burgalés haya dado oxígeno a 30 personas alejadas de la paz y la tranquilidad con la que respira Castilla en estos meses.