"Violento y posesivo"

F.L.D. / Burgos
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La familia y amigos de Andrea desconfiaron del relato de Jaime Vélez y se temieron el peor desenlace desde que conocieron su desaparición. Aseguran que nunca aceptó que la joven de 34 años quisiera terminar su relación

Jaime Vélez llevaba también muchos años asentado en la capital burgalesa y trabajaba en la base de Castrillo del Val.

Antes de conocer la terrible noticia, la familia y amigos de Andrea Bejarano sospecharon desde el primer minuto de Jaime Vélez. Y ya no sólo porque tardara tanto en denunciar la supuesta desaparición 'voluntaria' de la joven trabajadora del Servicio de Microbiología del HUBU. Ni tampoco porque las explicaciones que ofrecía fueran tan extrañas. Los allegados de esta nueva víctima de violencia machista conocían muy bien las conductas «violentas» de su ya expareja. Porque, aunque aseguran que no terminaba de aceptarlo, llevaban separados más de un año. Y ese fue el detonante, sostienen, de tan atroz desenlace.

Nada más hacerse oficial la desaparición de Andrea, su hermana Stefy contaba desde Colombia a este periódico que el a la postre autor confeso del crimen «debía darles muchas explicaciones». Reconocía sin tapujos que dudaba de la versión que les había dado tanto a ellos como a la Policía. Especialmente, le extrañaba muchísimo que la mujer de 34 años y natural de Cali se marchara sin dar explicaciones y sin su hijo, al que adoraba «con locura».

Andrea no contestaba a los whatsapp ni a las llamadas, relatan, y Jaime se desentendía por completo de esta circunstancia. Sin embargo, la Policía Nacional encontró su teléfono móvil en su casa. Una circunstancia que no fue determinante para esclarecer los hechos, pero que añadía aún más sospechas contra la expareja. «Primero nos dijo que no estaba y luego apareció. Son cosas muy raras», contaban antes de conocer el terrible final que confesó.

Nada más reconocer el crimen, la Policía Nacional comunicó a la familia la fatal noticia. Estaba previsto que se reencontrara con su madre y sus hermanas este mismo sábado en España para hacer un viaje a Dubai, lamentaban. «Ha sido un shock para todos», señalaba el marido de una de sus mejores amigas, entre lágrimas.

Este hombre, que consideraba a Andrea una hermana y una persona muy apegada a su familia, también sospechó desde el primer momento de Jaime Vélez, al que califica de «posesivo y violento». Horas antes de enterarse del asesinato de su amiga, tampoco dudaba en ponerle en el foco. «Hay muchas cosas que no nos quiere contar. No entendemos que cambie tanto su versión», decía. Nada más confirmarse los peores presagios, se mostraba devastado.

«Andrea ha intentado dejarlo varias veces, pero él no la dejaba. La manipulaba, la obligaba. Ella ya no quería más una vida con él. De hecho, aunque seguían viviendo juntos, ya no eran pareja. Estaban en trámites de separación», relataba uno de sus allegados, quien insistía en el hecho de que «desde el día uno sospechábamos de él. Había cosas muy raras». Ahora, todos los deseos se centran en que se haga justicia cuanto antes y Jaime Vélez «pague por lo que ha hecho».

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