El equipo municipal de Gobierno (PP y Vox) ya se ha puesto a trabajar en la búsqueda de una solución para solventar las deficiencias de la remodelación de la plaza Santiago, en Gamonal. El primer paso que ha dado desde Urbanismo ha sido solicitar al estudio de ingeniería EIC, que elaboró el proyecto en su día, que realice gratis el plan que determine las actuaciones necesarias para reparar grietas, filtraciones y abombamientos, según confirmó el concejal Juan Manuel Manso.
Se estima que el documento podría tardar en elaborarse dos meses. Paralelamente, se contratará al grupo de investigación de la Universidad de Burgos Auscultación, Instrumentación y Control de Estructuras (Ausinco) para que supervise el proyecto que se elabore y luego supervise las obras. Este equipo de investigadores ya realizó en su día un estudio para conocer el estudio de los defectos por encargo municipal.
Una vez que se disponga del proyecto, el Ayuntamiento tendrá que sacar las obras a concurso. La primera modificación presupuestaria que realizó el equipo de Gobierno reservó para ello una partida de 250.000 euros. Cabe recordar que la fallida remodelación de la plaza de Santiago iniciada en verano de 2020 y concluida en septiembre de 2021, cuyo coste rondó los 2 millones de euros, tiene tres deficiencias: la persistencia de al menos cuatro goteras en el aparcamiento subterráneo, la aparición de fisuras en la superficie y pequeños abombamientos en diferentes puntos del espacio público.
Una vez que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 desestimó la demanda de lesividad en relación con la recepción de las obras realizada en septiembre de 2021, es decir, que rechaza anular la misma y retrotraer el procedimiento, le toca al Ayuntamiento acometer esta actuación.
El juez consideró que no había ninguna razón de interés público para que la administración local se quisiera «desdecir» de un acto administrativo propio y «ligado a una obra ya en ejecución de sentencia».
Por un lado, alegó que los propios técnicos municipales del área de Fomento dejaron claro que el cambio del denominado asfalto fundido pulido recogido en el proyecto por la mezcla bituminosa en caliente «no guarda relación alguna con la existencia de la patología en la obra ni con la existencia de goteras (o fisuras del pavimento)».
También añadió que ningún otro informe «ha desmentido» su contenido sino que «se vio confirmado» por otro emitido por la Universidad de Burgos, encargado a instancia del propio Ayuntamiento. «Además del propio prestigio de los profesionales que lo emiten, reviste especial valor que señala que el cambio de pavimento, de asfalto fundido, tal y como se recogía en el proyecto constructivo, a mezcla bituminosa en caliente, no tiene influencia alguna en las filtraciones obtenidas en el garaje. El pavimento, tal y como se explica en el documento, no tiene función impermeabilizante en ningún caso y la lámina impermeabilizante colocada bajo el pavimento está funcionando correctamente», se afirmaba en la sentencia
Se descartaría la responsabilidad de la adjudicataria, Construcciones Ortega, al haber ejecutado las obras en base al proyecto y atendiendo a los criterios de la dirección facultativa y los técnicos municipales. Ambas partes siempre han sostenido que los materiales eran «equivalentes». La UBU constató la «compleja» respuesta de los forjados a las variaciones térmicas.