Los cinco detenidos por los disturbios de la noche del sábado por la protesta contra la remodelación de la plaza de toros fueron puestos ayer en libertad tras prestar declaración ante el juez. Junto al acusado por agredir a un policía, al que se le imputa un delito de desordenes públicos y otro de atentado contra un agente de la autoridad, también se retuvo a otras cuatro personas más, a las que se les acusa de causar daños contra el patrimonio con la quema de al menos un contenedor en Gamonal.
Sobre la medianoche del sábado, cuando la situación se había calmado ya hace un par de horas, la Policía Nacional interceptó a dos mayores de edad y a otros dos menores en la zona de Lavaderos, donde los bomberos acudieron a sofocar el fuego. A todos ellos se les trasladó a Comisaría, a donde acudieron los padres de los más pequeños a recoger a sus hijos. Los otros dos jóvenes, un chico y una chica, durmieron en el calabozo junto al acusado por agredir al agente.
Por primera vez desde que se produjeran los actos violentos, el subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, compareció para valorar lo sucedido. Lo hizo en una intervención muy breve, de apenas cuatro minutos, y abandonando a los medios de comunicación tras negarse a responder más preguntas. El máximo representante de las fuerzas de seguridad en la provincia avanzó que, además de a los detenidos, hubo 6 policías heridos leves y «se han identificado a los responsables y promotores de estas concentraciones y alteraciones del orden público», a los que se «están tramitando las correspondientes sanciones de carácter administrativo». Algo, añadió, «independientemente de las responsabilidades a las que hubiera lugar en el ámbito penal». Las multas, tipificadas como «graves», podrían rondar entre los 300 y los 30.000 euros.
El subdelegado del Gobierno , que estuvo acompañado por el Comisario Provincial de Burgos, José María Calle Leal, aseguró que «la Policía va a seguir realizando todas las acciones que sean necesarias para mantener el orden público y la seguridad en nuestra ciudad». Preguntado sobre el hecho de por qué se permite el desarrollo de manifestaciones que no tienen autorización, se limitó a explicar que este tipo de concentraciones «solo requieren de una comunicación» y que no hacerlo «conlleva una sanción administrativa». Arribas se marchó sin responder por qué no se han producido intervenciones que hayan evitado los destrozos en la ciudad.
Alrededor de un centenar de personas se concentraron primero frente a la Comisaría y luego en los Juzgados de los Reyes Católicos para pedir primero la libertad de los detenidos y luego para recibir con abrazos y vítores al acusado por agredir a un policía. El portavoz del movimiento, Manuel Alonso, expresó que «lamentamos los incidentes» que achacó a que «los policías se pusieron nerviosos» cuando entraron en la plaza en la que vive el alcalde. Hoy acudirán a las 7 de la mañana a la plaza para intentar parar la obra.