Agés quiere aprovechar el tirón del Camino de Santiago y ampliar sus servicios básicos con una tienda de ultramarinos, útil tanto para los peregrinos como para los propios vecinos del pueblo. Actualmente no cuentan con un establecimiento de estas características y la idea pasa por arrendarlo cuando esté concluida la reforma para que una persona se encargue de gestionarlo. Se implantará en el mismo edificio del antiguo horno, que precisamente se rehabilitará también con el fin de conservarlo como una especie de museo así como para darle uso a través talleres para elaborar pan.

El principal objetivo del Ayuntamiento para llevar a cabo esta iniciativa consiste en la recuperación de un lugar de «gran valor etnográfico» como es el antiguo horno. Además,  ofrecerá a los vecinos y peregrinos un lugar donde realizar sus compras sin necesidad de desplazarse a otros municipios. La inversión para hacer realidad esta iniciativa en su conjunto asciende a 27.560 euros y se ha adjudicado ya a la empresa Urbina Ingeniería y Construcción. Para acometer la obra se contará con la ayuda de los Planes Provinciales, aunque como le ha ocurrido a muchos municipios se tuvo que sacar a licitación dos veces ante el incremento de los costes de construcción.

Agés, que pertenece al Ayuntamiento de Arlanzón, cuenta en la actualidad con medio centenar de vecinos. Sin embargo, lejos de perder población, mantiene una cifra similar a la de hace 20 años. Pese a ello, el alcalde, Jorge Martín, reconoce que el nuevo establecimiento de alimentación resultará muy interesante puesto que son muchas las personas que a diario pasan por allí realizando el Camino de Santiago. «Pensamos que por esas razones tendrá una gran viabilidad económica», afirma, para dejar claro que se tratará también de una buena oportunidad de empleo.

Se trata de un proyecto novedoso y poco extendido en la provincia, ya que normalmente se suele confiar en que llegue un emprendedor y realice toda la obra. En Castrillo de la Reina emplean esta misma fórmula y cuando hace más de un año ofrecían empleo se llegaron a interesar más de 60 personas, como publicó este periódico.

El edificio de Agés, ubicado en la calle del Medio y construido en 1919, tiene una sola planta de 78 metros cuadrados y se encuentra dividido en dos partes. Por una parte, el viejo horno del pueblo, «que todavía funciona pero está en regular estado y necesita una renovación». Y por otro lado, un espacio que se empleaba hasta ahora como almacén y que se convertirá en un comercio de proximidad.

El obrador se va a rehabilitar pero no se usará habitualmente, ya que a nivel comercial «no resulta viable al ser de leña, no es uno sencillo y eléctrico». Convertir el espacio en panadería, algo que se plantearon, requiere «encontrar a alguien muy motivado» para ello y que quiera dedicarse a un sector que exige un gran esfuerzo. Eso sí, desarrollarán cursos para conservar la tradición y que se convierta en una especie de «esquina etnográfica» con exposiciones.

El proyecto para acondicionar el viejo horno, de mediados del siglo XX, consistirá en la renovación de las piezas dañadas sin alterar su concepción y rescatando su aspecto original. En esa línea, también se plantea fijar un panel explicativo adaptado al entorno sobre el uso del inmueble recuperado.