«En los pueblos es donde mejor se está ejerciendo la medicina»

L.N. / Villanueva de Gumiel
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Carlos García Calvo, doctor en 4 municipios de la Ribera, se jubila tras 39 años de carrera. Se despide «muy feliz» porque en el medio rural «hay tiempo de sobra» para dedicar al paciente

El médico Carlos García Calvo posa en el consultorio de Villanueva de Gumiel junto al electrocardiógrafo que consiguió para este pueblo de la Ribera del Duero. - Foto: Valdivielso

El doctor Carlos García Calvo acaricia la jubilación. Después de 39 años de carrera, se dispone a colgar la bata en los próximos días. Se despide feliz, «auténticamente feliz», de Villanueva de Gumiel, Tubilla del Lago, Santa María del Mercadillo y Villalbilla de Gumiel, los cuatro pueblos de la Ribera del Duero en los que ha ejercido como médico estos dos últimos años. Todo ello después de tres décadas en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. Allí se batió el cobre y se enfrentó a todo tipo de diagnósticos, con jornadas que oscilaban entre las 300 y 400 urgencias. Siempre con la adrenalina a flor de piel. Al pie del cañón. De hecho, durante varios años desempeñó uno de los tres puestos de jefe de sección. Luego irrumpió la pandemia que puso el mundo patas arriba. Y, una vez superados los estragos que causó el coronavirus, García Calvo, vallisoletano de nacimiento, decidió que había llegado el momento de dar un cambio de rumbo a su trayectoria profesional. 

Fue entonces cuando optó por cerrar el círculo y regresar al mismo sitio en el que había dado sus primeros pasos como médico: los pueblos de la Ribera del Duero. Sin miedo al «abismo» que representaba semejante golpe de timón, aterrizó en la zona básica de salud de Aranda Rural hace dos años. En principio, llegaba por un año, pero finalmente ha continuado otro más porque, como él mismo reconoce, se ha encontrado «muy a gusto». 

García Calvo detalla que «tenía esa espinita». Una de las primeras sustituciones que realizó como médico, poco después de terminar la carrera en la Universidad de Valladolid, fue en Villanueva de Gumiel. Y, justamente, ha terminado reencontrándose con esta localidad ribereña. Así que el círculo, su círculo, no se podía haber completado de mejor manera. «Siempre me ha gustado la medicina rural, por lo que me despido feliz. Ha sido un acierto total. Cuando acabó la pandemia, vi próxima mi jubilación. Y eso, sumado a la casa que tenemos en Vadocondes, me llevó a venirme al pueblo y acabar donde había comenzado», expresa. Por sorprendente que pueda sonar, cuando García Calvo terminó la carrera, «había mucho paro». Se vino a la Ribera del Duero porque en aquel entonces las opciones laborales eran mayores que en Valladolid. No obstante, en su ciudad le acabaron ofreciendo un contrato temporal en Urgencias y aceptó. Así que por estabilidad regresó a casa. 

Estos dos últimos años le han servido a García Calvo para vivir la profesión desde otro punto de vista bien distinto. Y si algo valora positivamente es el mayor tiempo que los médicos rurales pueden dedicar a sus pacientes. «En los pueblos es donde mejor se está ejerciendo la medicina ahora mismo. Sobre todo, porque tienes tiempo. Conoces a la gente y tienes buena relación con todo el mundo», asegura al respecto. Es más, remarca que uno de los grandes problemas de los centros de salud en las ciudades radica en la falta de tiempo. Así las cosas, García Calvo defiende que en las zonas rurales «es donde mejor medicina se puede hacer, la más próxima al paciente. Y esto es algo que les digo a mis residentes». 

Un futuro negro. Pese a estos factores que juegan a favor de los pueblos, lo cierto es que otros tantos lo hacen en contra, como la mayor distancia a un hospital. A ello se suma que la mitad de la plantilla que trabaja en la actualidad en Aranda Rural se puede jubilar a corto plazo y que el relevo profesional no siempre está garantizado. Ante estas circunstancias, García Calvo augura «muy mal futuro». Cree que a este paso tendrán que disminuir las consultas y aumentar el transporte sanitario para trasladar a los pacientes si no hay médicos suficientes. Sea como fuere, él insiste en recomendar la medicina rural: «Te sientes muy bien acogido».