El huevo es uno de los productos más populares en las casas. Cada día son millones los que se consumen de mil y una forma distintas. Este alimento, indispensable dentro de una dieta sana y equilibrada, lleva semanas encadenando subidas de precio que tienen en un sinvivir a las familias. A tal extremo ha llegado la inflación que la docena se paga ya de media a 2,6 euros en la mayoría de establecimientos, una cifra que hace menos de un mes apenas llegaba a los 2,1 euros. ¿Por qué?
Antonio Álvarez, al frente junto a sus hermanos de Avícola Álvarez y ligado al sector avícola desde que nació, tiene claro que la confluencia de varios factores está generando una tormenta perfecta que ha sumido a este producto en una espiral de precios al alza. La 'buena prensa' que rodea en los últimos tiempos a esta proteína, indispensable para mantener una salud de hierro, ha elevado según admite el consumo. Este aumento de la demanda choca con una drástica caída de la producción por culpa de la gripe aviar.
«En Estados Unidos están viviendo un drama. Se han muerto 160 millones de aves, principalmente gallinas, pero también pavos y pollos. Es una salvajada», reconoce. El mercado norteamericano, que ya de por sí se movía con unos márgenes muy ajustados, sufre ahora una acuciante falta de huevos cada día que están tratando de solventar fijándose en el Viejo Continente.
En Europa los principales productores son Italia, Francia y España. La nación transalpina tiene varios focos de gripe aviar, al igual que ocurre en los Estados Unidos, lo que ha diezmado mucho el número de gallinas ponedoras. Los vecinos al otro lado de los Pirineos, por su parte, tienen un modelo de negocio basado en granjas de un tamaño más pequeño que se integran en centros de clasificación. De este modo, las miradas se están volviendo hacia España, donde la propagación de la enfermedad se está logrando controlar muy bien.
«He recibido muchas llamadas de gente interesada en comprarme toda la producción a precios bastante superiores a los que vendo los huevos», confiesa Álvarez. Sin embargo, ha rechazado amablemente todas las propuestas que le han puesto encima de su mesa. «Es una empresa familiar. Mis clientes son todos amigos, tengo una relación estupenda y no voy a dejarles tirados para lucrarme. Me debo a ellos», reconoce.
El destino de los huevos que ponen las cerca de 90.000 gallinas que tiene en Villadiego iba a ser Estados Unidos -vía Europa-, bien en su forma original, en polvo o en líquido. «Los americanos tienen dinero y consiguen las cosas pagando más que el resto», asegura. Esta subida disparada ha llevado a superar la barrera de los 10 dólares el cartón, algo insólito, aunque ahora ronda los 8 o 9. «El problema es que se vacíen las baldas por falta de suministro», alerta. Cada norteamericano consume de media 284 huevos al año, es decir, se requieren 95.588 millones para todo el país.
Así las cosas, el valor de la docena en los lineales de los supermercados o en las estanterías de las tiendas españolas ha crecido cerca de un 25% en las últimas semanas. «Los precios no los regulan las empresas sino las lonjas nacionales. En función de la oferta y la demanda establecen unas tablas que no han dejado de crecer», apunta. Sin querer asustar, aunque siendo completamente sincero, Álvarez garantiza que «si de mí depende, todos mis clientes, principalmente en Burgos y Cantabria, no van a sufrir desabastecimiento». Pese a ello, advierte que la inflación no va a ser algo puntual, sino que se avecina «un periodo largo en el que no van a existir excedentes para repartir entre quienes no tienen», afirma.
En contra del pensamiento generalizado, que apuesta por criar más gallinas para, de este modo, elevar la producción mundial diaria, el empresario destaca las dificultades. «Hay que tener huevos de gallinas reproductoras, aumentar la capacidad de incubación... mínimo son 7 meses de espera», destaca. El encarecimiento que sufren los consumidores, no obstante, mantiene el precio de la docena por debajo de lo que se paga en otros países del entorno. «Quizá teníamos una imagen de este alimento de más de barata», afirma Álvarez.
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