Miguel del Pino presidió la semana pasada una jornada organizada por la Federación de Asociaciones contra el Ruido en el Ateneo de Madrid, donde «el salón se llenó y tuvimos que habilitar al canal en streaming». El colectivo está formado por 37 asociaciones, que forman una muestra de todos los territorios nacionales «menos Navarra y Asturias», matiza. De la cita, destaca «la gran cantidad de expertos de distintos ámbitos» que se dieron cita para tratar «un problema de estado, porque nos afecta a todas las comunidades». Más allá de las conclusiones generales, también sacó nota de lo que pueden hacer en la ciudad, donde también preside la Asociación de Afectados por el Ruido en Miranda.
Ocupa un puesto relevante a nivel nacional, pero, sin embargo, en el plano local parece que están silenciados, ¿qué opinión le merece?
Es algo que me hace reflexionar. Obviamente somos molestos, parece ser que más que el ruido, pero somos conscientes de lo que hay en Miranda. Una de las conclusiones que sacamos en la jornada es que hay una desinformación por parte de la administración, que hace difícil que te enteres de los efectos de este problema.
Además de esta conclusión, tuvieron contacto con otros colectivos de todo el país, como la Asociación de Perjudicados por el Bernabéu, donde se han paralizado los conciertos, ¿sirve de ejemplo?
Sí, por supuesto, el caso del Bernabéu es un ejemplo para nosotros. Este grupo lo preside gente que sabe de lo que habla y nos dieron unas indicaciones bárbaras a todas las asociaciones que estuvimos. Lo más importante que nos dijeron es que perdiéramos el miedo y que presentáramos denuncias. Hay que ir a la justicia porque se están ganando muchas sentencias, lo que crea jurisprudencia, porque también hay que tener en cuenta que contamos con la presidenta de Juristas Contra el Ruido, que es gente experta que conoce la ley.
Todos los juristas nos dijeron que estamos perdiendo el tiempo y que tenemos que ir a los tribunales"
¿El camino pasa por los tribunales?
Nos invitaron a todos los colectivos a llevar la inacción de los ayuntamientos a los tribunales, porque hay una clara dejación de funciones porque son los que tienen la máxima responsabilidad en materia contaminación acústica y puede suponer un delito medioambiental, porque este no es un problema de ruidos molestos.
También conocieron experiencias como la de Barcelona para llegar a un consenso con la hostelería, ¿de qué se trata?
Hay ciudades en las que la administración tiene un grado de conciencia, como sucede con Barcelona. En esta ciudad tienen un horario en el cierre de las terrazas a las doce de la noche. Aquí en Miranda eso es impensable, porque la alcaldesa así lo quiere y se mantiene hasta las dos de la madrugada, más las molestias del momento en el que se desmontan. En Barcelona, la Federación de Asociaciones de Vecinos y la hostelería van a tratar de mejorar la convivencia, para lo que también participará la administración en una mesa de trabajo. Aquí en Miranda ahora mismo eso es impensable, porque en la ciudad hay una cerramiento absoluto por parte de la alcaldesa que ha dicho que no se van a mover los horarios de las terrazas. Para mí, eso puede incumplir en un delito, pero ella sabrá hasta dónde quiere llevarlo.
¿Qué conclusiones sacaron de la jornada en Madrid?
Hay que revertir la situación de los horarios de cierres de los locales en zonas residenciales. También pedimos suprimir la declaración responsable en las zonas de prioridad acústica, porque con este documento, se supone que el hostelero se va a portar bien y se da por bueno. Además, se habló de que hay que hacer un control de las actividades por parte de la Policía, algo de lo que aquí sabemos mucho. En cualquier caso, la solución pasa por tomar consciencia del problema que representa la contaminación acústica con responsabilidad a corto y medio plazo, porque no vale hacernos un recinto ferial dentro de diez años, porque igual estamos muertos. La salud importa, porque se ha reconocido que el ruido puede ser una causa de fallecimiento.
El caso del Bernabéu es un ejemplo para nosotros"
¿Ve algún cambio en la ciudad?
No, porque a la administración no la interesa porque tendría que ponerse las pilas y parece ser que tienen otros intereses. En la asociación estamos también dentro de la campaña nacional contra el ruido con una jornada especial el último miércoles de abril. En 2023 a nivel local mandamos un comunicado al todos los grupos políticos y entre ellos al equipo de gobierno y no nos contestaron. Hubo una respuesta en toda España y aquí en Miranda se nos ninguneó.
Por eso cada vez ven más claro el camino de los tribunales, ¿qué les dijeron los juristas sobre el caso de Miranda?
Seguimos haciendo denuncias administrativas y apoyamos a los vecinos de Anduva en su reivindicación sobre las fiestas. En Miranda hemos dado todos los pasos que teníamos que dar contra el ruido y solo nos queda ir a los juzgados. Es a lo que nos han invitado todos los juristas que participaron en la jornada, que nos dijeron que estamos perdiendo el tiempo.
El recinto ferial, las terrazas, pero el mapa del ruido en Miranda no cuenta el ocio nocturno, ¿es algo normal?
Ese es el problema y sencillamente no se incluye porque no interesa. Desde que formamos la Federación, las asociaciones contra el ruido han crecido, porque la gente se ha parado a pensar. Todo esto tiene que llegar a buen puerto, pero en muchas ciudades no se contempla el ocio nocturno en estos mapas, pese a la influencia del alcohol que agrava ciertas situaciones. Hay que tener en cuenta que el derecho al descanso está en la cúspide de la pirámide.
No vale hacernos un recinto ferial dentro de diez años, porque igual estamos muertos"
¿Cómo está el problema de la Policía Local y el sonómetro?
En todas las llamadas a Policía Local se solicita el sonómetro, pero la respuesta siempre es negativa, porque no hay personal formado o porque no funciona.