Francisco Guerrero monta desde hace 15 años el Belén de la Fundación Círculo y se enorgullece de la originalidad de sus instalaciones, así que se ríe cuando se le plantea cómo es posible hacer de la representación navideña por excelencia algo diferente a lo del año previo. «Aunque quisiera, no podría repetir. Nunca sale un Belén igual», aseguraba ayer, especificando que trató de replicar la última creación de Fabri -con quien trabajó antes de que el artista falleciera- y no lo consiguió. «Es que cada uno tiene su mano», señaló.
Guerrero, camarero de profesión y maestro belenista por pasión, agradece a la fundación heredera de la tradición de Cajacírculo que le ceda espacio para hacer realidad lo que hasta hace apenas dos semanas estaba solo en su cabeza. «Ahora, de hecho, hay que empezar a pensar ya en el Belén del 2025», dijo, especificando que, por ejemplo, la instalación de este año -de 90 metros cuadrados- se ha dividido en tres partes en lugar de concentrarlo todo en una central, como en el 2023.
Así, en el medio de la sala Pedro Torrecilla, los visitantes -alrededor de 10.000 el año pasado- encontrarán la escena de la Anunciación y la recreación de la ciudad de Belén, con una detalladísima y también diferente calle central. «Intentamos darle realismo», aclaró el maestro, matizando que él aprovecha su tiempo libre para construir nuevas casas, pero que de las figuras no se encarga. Y de entre las más de cien colocadas, hay seis nuevas. Entre ellas, un pescador -«nos lo pedían mucho»-, que se encuentra en el segundo bloque expositivo, a la derecha de la sala: el Misterio, con Jerusalén de fondo. «El portal lo cambiamos todos los años, nunca es el mismo», remachó.
Por último, Guerrero pensó en un tercer escenario, dedicado a la huida a Egipto, que es un tema que había trabajado menos en sus instalaciones previas. Y, como detalle, pensado sobre todo para los niños, destaca una ventanita a través de la que se pueden ver palmeras y oasis.
«Todo un lujo de creatividad y maestría belenística», destacó el presidente de la fundación, Emilio de Domingo, apuntando que podrá verse hasta el 5 de enero y que, al igual que buena parte de la programación de la entidad para las fiestas, pretende preservar y fomentar las tradiciones navideñas de España. Prueba de ello es que se haya lanzado la segunda edición del concurso de belenes escolares, así como el de tarjetas, el premio de poesía escolar o el popular certamen de villancicos.
El programa se completa con dos conciertos: Christmas Jazz, el 18 de diciembre en el salón de actos que la fundación tiene en la Nueva Plaza de Gamonal, con entrada libre; y el de Trovadores de Castilla, el 20 de diciembre, en el auditorio Círculo, con entradas a 5 euros y objetivo solidario, porque la recaudación se destinará «integralmente» a personas afectadas por la dana en Valencia.
Y, como otros años, el Belén se acompaña de unos 50 misterios de distintos tamaños y materiales cedidos por Mari y Andrés Rodrigo.