Tanto los datos de preinscripciones como la respuesta del alumnado admitido a la hora de formalizar su matrícula en el primer periodo habilitado para ello hacían prever a la UBU un incremento del número de estudiantes de nuevo ingreso para el próximo curso. El último y el tercer plazo oficial se cerró el pasado viernes, después de que este año se haya adelantado de septiembre a julio, y confirma el pronóstico inicial, que se traduce en su conjunto en un aumento del 2% de la cifra de universitarios, hasta los 2.257, que iniciarán el grado respecto al mismo momento de 2022.
De los 33 grados y dobles grados que se ofertan en el campus burgalés, 24 se encuentran llenos, mientras que 9 aún disponen de plazas libres, a las que los interesados podrán matricularse hasta 11 de septiembre, momento en que comenzarán las clases. De igual forma, se mantiene esa fecha para aquellos que accedan a carreras ahora completas pero en las que se haya producido alguna renuncia. Estos tienen que haber dado su conformidad de mantenerse en las listas de espera y será la Universidad la que contacte con ellos. Además se publicarán 4 listados con esas posibles vacantes durante agosto.
Entre esos 9 grados con plazas disponibles destacan Turismo y Ciencia Política y Gestión Pública, que solo han cubierto un 38,5% y un 40% de sus vacantes, respectivamente. En cuanto al primero, no es la primera ocasión que presenta esta situación, más marcada en la modalidad presencial que en la online. Hasta la fecha, se han confirmado 27 matrículas, según fuentes de la institución académica, que justifican la baja demanda en la necesidad de renovar el plan de estudios de dicha titulación en el conjunto nacional, ya que -añaden- que se trata de una tendencia generalizada en las universidades. En este punto, la vicerrectora de Estudiantes, Verónica Calderón, precisa que hay alumnos interesados en este campo pero que optan por el grado de Historia y Patrimonio «al resultarles más atractivo».
En el caso de Ciencia Política y Gestión Pública la explicación no está clara y puede responder a una cuestión de modas o tendencias, ya que en años anteriores presentaba la evolución contraria. De hecho el doble de este título con Derecho ha cubierto prácticamente sus puestos. Con un 58,8% de ocupación figura Finanzas y Contabilidad, con perfiles «muy similares» a los de ADE, que sí que ha cubierto todas sus vacantes. «Son números muy razonables», manifiesta.
Mención aparte merece Relaciones Laborales y Recursos Humanos, con 17 alumnos en primero para 40 puestos. Una demanda inferior a la del resto de títulos que lleva unos años repitiéndose últimamente tras cursos con una elevada matrícula. Dicha circunstancia puede traducirse en que el nuevo alumnado «se decanta por grados clásicos como Derecho, que se encuentra completo». En otros casos, el porcentaje de matrícula resulta mayor, con lo que se prevé que se llenarán en septiembre.
Es aquí donde la vicerrectora destaca la remontada de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, con 20 estudiantes para primero y 35 plazas, cuando ha habido momentos en los que no se ha llegado a la docena. Algo parecido ha ocurrido con Ingeniería Civil, a falta de cinco matrículas para ocupar sus 35 vacantes; Lengua y Literatura, con 15 y 20, respectivamente, en modalidad presencial, e Historia y Patrimonio, con 28 de 40.
Campus de Miranda. La lista se completa con el nuevo de Tecnologías Digitales Digitales para la Empresa, en Miranda, con 11 alumnos y 25 vacantes. La UBU confía en que aumente el número de estudiantes y atribuye la, por ahora baja demanda, a que «se promocionó tarde» y al hecho de que se obligara a cambiar su denominación inicial, que incluía la palabra ingeniería, «más atractiva para el alumnado», si bien «su plan de estudios no ha sufrido ningún cambio».