Lu: defensa de la alegría

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Con el corazón destrozado, esta casa despide hoy a Lourdes Matilla, que durante años estuvo a los mandos técnicos de Onda Cero e iluminó las páginas de Opinión de Diario de Burgos

Lu Matilla, técnica de radio de Onda Cero y columnista de Diario de Burgos, en octubre de 2022. - Foto: Alberto Rodrigo

Que Lourdes Matilla falleció en la madrugada de ayer a los 46 años de edad y después de mucho tiempo de sufrimiento debido al cáncer que padecía es la noticia que jamás hubiéramos querido dar en estas páginas. Pero, como sabemos, la vida es así de perra y a veces trata con saña a quienes más la necesitan. Lu, como le gustaba ser llamada, era una experta en vivir y, sobre todo, en resistir, en resistir desde la alegría, que es la palabra que más nos hemos repetido en estos días para consolarnos y para recordarla. Porque ella fue la alegría y la defendió, a pesar de todo, como una trinchera, como un principio, como una bandera, como una certeza. Mario Benedetti estaba pensando en Lu cuando escribió su Defensa de la alegría

Desde que el cáncer la atravesó, allá por el verano de 2015 -y aún antes, desde que perdió a Carlos, su compañero de vida, por la misma enfermedad en septiembre de 2011- no hubo consulta, cirugía o tratamiento que pudiera del todo con esa perfecta sonrisa y el brillo de esos ojos negros que no se apagaba ni cuando más dolorida estaba. Decía muchas veces que la fuerza le venía del recuerdo de su marido y del amor que sentía por la hija de ambos: Fuerza y honor era un lema que compartían y el nombre que le puso al blog de este periódico en el que contó su travesía con el cáncer. Más tarde y cuando se curó del tumor de mama comenzó una columna en la última página de este periódico que mantuvo hasta el pasado 28 de febrero. Antes le había prometido a Carlos, también por escrito, que viviría por los dos y le había pedido que la esperara porque un día iría a buscarle. Demasiado pronto ha cumplido su promesa.

Era amiga y compañera, muchas personas en una y todas ellas extraordinaria"

Técnica de radio desde hacía más de 25 años, Matilla pasó por varias emisoras antes de plantar bandera en Onda Cero, donde pronto se convertiría en parte de la esencia de la casa, no solo por la pericia con la que se manejaba entre los mandos sino por cómo limpiaba el aire con su sola presencia. Con ella allí era todo más fácil y bonito. En aquella pecera y con su alma de testigo se vivieron muchos momentos de radio inolvidables. Por uno de ellos fue galardonada junto a Álvaro Melcón. El trabajo de ambos, Las voces de la memoria, recibió el premio Cossío de periodismo en 2011.

Melcón destaca de Lu «la dignidad aplastante» con la que siempre llevó la enfermedad, a la que le gustaba llamar por su nombre y que visibilizó para ayudar a otros, y cómo fue «la amiga de sonrisa indeleble, la compañera empática y la realizadora impecable: era muchas personas en una y todas eran extraordinarias». El también colega de profesión Rodrigo Pérez Barredo, que compartió con ella estudios de radio desde los inicios de ambos, sostiene que Lu «hacía más habitable y luminoso cualquier lugar en el que estuviera», algo que firmamos todos los que la conocimos y la quisimos.

Descansa, Lu, querida. Nadie se lo merece más que tú.