Las máquinas avanzan en los trabajos para completar el trazado del Bulevar hasta su desembocadura en la N-120, pero la puesta en servicio de este último tramo del corredor urbano prevista a finales de año no será la última intervención prevista sobre la huella de las vías del tren.

El Ayuntamiento de Burgos aprobó ayer de urgencia el proyecto de las obras programadas en el tramo anterior, las cuales empezarán antes de que finalice 2025 y tendrán un periodo de ejecución de 10 meses. El segmento de bajo coste impulsado en 2014 durante el primer mandato popular de Javier Lacalle sufrirá una profunda renovación para mejorar los servicios, actualizar los materiales y adaptarlo a la estética del resto de los 12 kilómetros proyectados por los suizos Herzog & De Meuron.

La intervención prevista por el equipo de Gobierno está incluida en el presupuesto de 2025 y se dividirá en tres partidas hasta 2027. Una actuación que subirá el listón fijado inicialmente al incluir una nueva rotonda a la altura del cruce con la calle Gumiel de Izán.

Las necesidades que presentan estos 1,5 kilómetros de tramo y la construcción de la glorieta incrementaron la previsión económica inicial hasta los 4,1 millones de euros, tal y como reflejan las cuentas municipales recién aprobadas. Sin embargo, una vez lanzado el proyecto el coste final se fija en 3,8 millones. El Ayuntamiento acudirá a la convocatoria de la Junta de Castilla y León para recibir 650.000 euros de subvención procedentes del Fondo de Cooperación Local.

La mejora de este segmento costará el doble que la obra original impulsada hace 11 años sin el consenso municipal al estar considerada entonces por la oposición como «una chapuza impropia de Burgos».

En un momento en el que las inversiones públicas estuvieron marcadas por la austeridad, se justificó la puesta en marcha de un tramo que en nada se parecía al resto del trazado construido. Se hizo con la promesa de ser una intervención provisional y de gran utilidad al conectar Gamonal y Capiscol con la Universidad gracias a esta ampliación de la ronda interior. 

La debatida construcción tuvo un presupuesto base de licitación de 2.896.557 euros y se presentaron 21 ofertas. Los trabajos se adjudicaron a HerreroTemiño por 2.082.090 euros, lo que supuso una rebaja de 814.467 euros.

El 20 de noviembre de 2014 entró en servicio este tramo. El paso del tiempo eliminó esa pátina de temporalidad y ya se asumió como definitiva. Sin embargo, la prolongación del Bulevar hasta el barrio de El Pilar con los elementos y los servicios originales  -salvo el carril reservado al tranvía en el masterplan de Herzog & De Meuron y hoy exclusivo para el transporte público hasta Gumiel de Izán- subrayan los defectos del trazado que nace en el punto en el que el Bulevar pasa de dos carriles a uno hasta el giro a la derecha a la altura de la calle Arlés.

Esta circunstancia motiva la renovación total del segmento de bajo coste. La intervención incluirá la sustitución de los viejos báculos de luz reutilizados por las lágrimas originales, la construcción del carril bici para cerrar el anillo reservado a estos vehículos, la mejora de la acera y la sustitución completa de la plataforma instalada en su día en la calzada para el tráfico de vehículos. También se apostará por incorporar otros elementos comunes del corredor relacionados con el mobiliario urbano y las zonas ajardinadas.

Tercera rotonda. Sin embargo, el elemento más característico de esta reforma será la construcción de la rotonda. Su puesta en servicio responde a la necesidad de mejorar las comunicaciones del Bulevar y ordenar los flujos de tráfico. Será la tercera infraestructura vial de estas características que se instalará en los últimos 2,5 kilómetros de corredor urbano.

Cabe recordar que el tramo actualmente en obras ya incluye sendas rotondas. La primera se levantará en la conexión con la N-120 y la segunda,  denominada como «rotonda holandesa» con un carril exterior reservado para bicicletas, se ubicará en el lugar en el que gira en la actualidad el bulevar.