A pesar de que desde hace meses hay un informe del área de Medio Ambiente y Sanidad que pone de manifiesto que los niveles sonoros de la estación de autobús de la calle Miranda incumplen la ley, desde la sección de Movilidad y Transporte no se ha tomado medida alguna. Mientras, los vecinos de la calle Aranda de Duero siguen sufriendo ruidos durante el día y la noche por los altavoces que anuncian la salida de los autobuses y los pitidos de marcha atrás de los vehículos.
La insonorización de las instalaciones tendrá que esperar, según indicaron fuentes municipales, debido a que es necesario redactar un proyecto para el que por el momento no hay fecha alguna. Sí hay reservada una partida de 92.000 euros para la instalación de paneles digitales en las 23 dársenas similares a las que existen en los aeropuertos o las estaciones ferroviarias o de autobuses modernas. Tampoco hay fecha para su instalación.
Se considera que con estos paneles se reduciría parte del sonido, dado que los usuarios podrían consultar en los paneles las entradas y salidas, horarios, retrasos, cancelaciones o destinos sin necesidad de estar atentos a la megafonía. Sin embargo, no resuelve el problema del pitido de las maniobras de los autobuses.
Cabe recordar que vecinos de la calle Aranda de Duero, número 1 acudieron al Procurador del Común para denunciar el ruido que soportaban. La institución requirió hasta en tres ocasiones al Ayuntamiento que pusiera en marcha medidas correctoras, al tiempo que le instaba a realizar mediciones del ruido dentro de las viviendas para comprobar que la estación se ajusta a los niveles sonoros de la ordenanza de ruidos y la Ley de Ruido de Castilla y León. La institución no obtuvo respuesta e incluyó a la administración local en el registro de entidades no colaboradoras.
Finalmente, tras reactivarse una nueva reclamación, el Ayuntamiento decidió aceptar las recomendaciones y un técnico municipal acudió a realizar mediciones que concluyó que los sonómetros registraron de 62 a 65 decibelios cuando la ley establece que no se pueden superar los 55 decibelios por el día y los 45 por la noche (22 a 8 horas) al estar la calle Aranda de Duero en una zona residencial. El informe que se emitió por el área de Medio Ambiente y Sanidad concluyó que debían llevarse a cabo actuaciones en la estación de autobuses para reducir el ruido.
Los vecinos reclamaron una copia del informe pero no se les ha facilitado, así como también una entrevista con el concejal de Movilidad, José Antonio López, para explicarle el problema, pero no han recibido contestación a sus escritos desde abril que la pidieron.
Mientras el problema de ruidos continúa, también denuncian que los autobuses permanecen durante largos periodos de tiempo con los motores encendidos, lo que genera contaminación que salen a la calle Aranda de Duero. Los residentes quieren que la estación siga en su actual ubicación pero demandan medidas correctoras que reduzcan las molestias.