Una joven emprendedora abrirá un centro ecuestre en Bezana

A.C. / Bezana
-

Silvia García sueña desde niña con vivir del mundo del caballo y monta desde pequeña los equinos de la granja familiar. Quiere apostar por su tierra con un proyecto que busca atraer, sobre todo, turistas

Silvia García Pérez, a lomos de una yegua de pura raza española, Fogosa. - Foto: A.C.

Silvia García Pérez cumplió 24 años el pasado día 7 y en unos meses va a cumplir uno de sus sueños, convertir el mundo del caballo en su profesión. Proyecta poner en marcha un centro ecuestre de turismo activo en una parcela de 7.000 metros cuadrados en la localidad de Bezana. Confía en el potencial turístico del Valle de Valdebezana, el área del embalse del Ebro y Arija y la zona de Reinosa, ya en la vecina Cantabria. Mientras arranca el negocio, ya prepara alianzas con algunas empresas turísticas del entorno, como la que gestiona el albergue juvenil de Soncillo, con el que planea desarrollar actividades conjuntas con los grupos de escolares, así como con el centro de turismo activo de Cabañas de Virtus, especializado en el kite-surf.

Cuando de pequeña acompañaba a su padre, ganadero de profesión, a llevar heno a los centros ecuestres de Cantabria vislumbraba su «sueño», que era «tener mi propia hípica y ofrecer rutas a caballo». Monta desde los 7 años los animales de la explotación familiar, en la que ahora se cuentan veinte equinos de pura raza española, árabes y mezclados. Acaba de comprar dos yeguas y un caballo más y los ocho «más tranquilos, acostumbrados a estar entre niños y con multitud de personas», serán seleccionados para el centro ecuestre de Bezana.

En estos momentos está realizando los trámites urbanísticos necesarios para habilitar las instalaciones del centro en suelo rústico y solo le queda esperar el informe favorable de la Comisión Territorial de Urbanismo para ponerse manos a la obra. Si llegase pronto, su deseo es atender a los primeros clientes en verano. Pero hay que esperar. El acondicionamiento de la parcela, propiedad de su pareja, también de familia ganadera, no reviste dificultad. Es preciso cerrarla y construirá, de momento, tres cuadras para custodiar caballos de alumnos en pupilaje. En un contenedor instalará la oficina, el almacén y los baños. La inversión no supera los 15.000 euros, pero la ilusión es mucha.

Silvia estudió el grado universitario de Geografía y Ordenación del Territorio, pero apenas ha ejercido. También cuenta con el curso de monitor de ocio y tiempo libre y con el de técnico deportivo ecuestre, que se ha sacado recientemente, dado que es obligatorio para regentar un centro como el que quiere abrir. También le avalan los conocimientos autodidactas de toda una vida junto a los caballos, las rutas incluso de varios días realizadas con su familia por la comarca y el amor por estos animales.

Silvia García quería quedarse en el Valle de Valdebezana y forjar su proyecto de vida en la tierra donde se ha criado. «Tanto Diego, mi pareja, como yo estamos arraigados», explica. «Tenía claro que había que buscar un método de vivir aquí. Tenía los caballos, un terreno para el centro ecuestre y pastos para los animales», resume. Así que ya contaba con gran parte de los ingredientes para cocinar su sueño.

Rutas. Ahora ocupa unas horas como recepcionista del balneario de Corconte, pero también ha trabajado en negocios de hostelería de Cilleruelo de Bezana y Quintanaentello. Su paso por el albergue juvenil de Soncillo, donde también tuvo un contrato de trabajo, le abrió los ojos a la cantidad de posibilidades que se abren con un turismo que ve creciente. Las cada vez más benignas temperaturas también espera que le ayuden a poder ofertar sus servicios durante buena parte del año y a que el turismo se acerque en estaciones donde hasta ahora apenas llegaba.

Es consciente de que en su entorno hay poca población estable como para conseguir los ingresos necesarios, pero aun así ofrecerá clases para enseñar a montar a niños y adultos. Por ello, su objetivo primordial serán los turistas para los que ya piensa en rutas por el hayedo de Carrales o el Camino Olvidado a Santiago a su paso por Argomedo y Villabáscones. Silvia García sabe la tierra que pisa y ya entrena caballos para su centro ecuestre. Su padre, Andrés, y Diego, su pareja, serán sus aliados en esta iniciativa empresarial con la que convertir su sueño en realidad.