Con una expresión en suajili tan sencilla y positiva como no te preocupes o no hay problema se sustenta la filosofía de la saga de El Rey León, que este año cumple 30 años del estreno de su primera historia original en 1994.
Desde entonces, la afirmación Hakuna Matata es mucho más que una declaración de intenciones. Es todo un concepto de paz y felicidad para superar todos los conflictos que surgen en la vida. Un pensamiento que le transmiten Timón y Pumba, unos divertidos suricata y jabalí verrugoso, al joven cachorro de león Simba para hacerle olvidar su pasado turbulento y para que se centre en el presente, un ahora lleno de oportunidades y de recompensas.
Con música de Elton John y Tim Rice, la pegadiza canción es todo un canto al compañerismo y a la alegría que volvió a ser utilizada en Timón y Pumba, una serie spin off de la idea original.
Con frases como Nada que temer, Sin preocuparme, Es como hay que vivir o Yo aquí aprendí -en referencia a la sabana- los personajes de la llanura superan todas las dificultades y peligros, y se transforman en ejemplo y referente de millones de espectadores.
La película, dirigida por Rob Minkoff y Roger Allers, se convirtió de inmediato en un fenómeno cultural y, con el tiempo, ha sumado innumerables éxitos en teatro y cine. La banda sonora de Hans Zimmer y la canción Es la noche del amor, de Elton John, ganaron un Oscar cada una y siguen siendo algunas de las músicas más queridas por el público.
Esta obra maestra del cine ha evolucionado con el paso de los años en un referente del mundo de la animación y del séptimo arte de los años 90, inspirando un musical, millones de productos de merchandising y dos secuelas que no tuvieron tanto éxito como la original: El Rey León 2: El tesoro de Simba y El Rey León 3: Hakuna Matata.
Aunque el productor Don Hahn confesó en su momento que no tenía ninguna esperanza en la película, lo cierto es que los augurios no se cumplieron, y El Rey León se convirtió en una de las cintas de cabecera para millones no solo de niños y adolescentes, sino de cinéfilos de todo el mundo.
A pesar de aquellos primeros comentarios negativos sobre la historia -un cachorro de león que se ve obligado a huir por culpa de su tío- y una canción cuya frase principal está en suajili -un remoto idioma que se habla en Tanzania y Kenia-, el filme alcanzó una de las mejores cotas de popularidad y premios.
Además de Hakuna Matata, Elton John realizó para El Rey León temas que han quedado grabados en el subconsciente colectivo, como El ciclo de la vida o Es la noche del amor.
La película sobre Simba puso el punto y aparte a una época dorada para la factoría Disney, que junto a películas como Aladdin, La Bella y la Bestia y La Sirenita marcaron un momento dulce en la industria del cine infantil y juvenil. Después de estos éxitos, la compañía decidió apostar por otro estilo, como por ejemplo Pocahontas.
Una gran lección
Precisamente, para conmemorar estos 30 años de la saga, Disney ha inaugurado una exposición en el Espacio Cultural Serrería Belga en Madrid hasta el próximo 27 de noviembre. Una muestra que abarca todo el universo sobre el Rey León, desde el estreno de la película de animación de 1994 hasta la más reciente producción Mufasa: El Rey León, que se estrenará el próximo 20 de diciembre.
La exhibición es pura nostalgia, un recorrido que transita desde el mundo de Mufasa, Sarabi, Simba o Nala hasta nuestros días. Con bocetos y maquetas originales entrelazados con los escenarios más emblemáticos de la sabana africana.
El espacio cuenta con imágenes de la película original de principios de los años 90 dirigida por Rob Minkoff y Roger Allers, así como con escenas y personajes de la versión de live action de 2019.
El musical también está presente con elementos del vestuario tanto del espectáculo de Broadway como del de Madrid.
La muestra termina en la sala audiovisual, donde pueden verse imágenes de la nueva película, Mufasa: El Rey León, dirigida por Barry Jenkins (ganador de un Oscar por Moonlight) que llevará a los espectadores al origen de la historia.
Una exhibición que sirve de hilo conductor entre distintas generaciones para disfrute de una saga eterna y entrañable que no caduca y que enseña a todos una valiosa lección: Hakuna Matata.