La Laguna de los Patos de Neila vuelve a preocupar, al detectarse nuevas fugas que sitúan su caudal por debajo del que tenía el año pasado a finales de verano. Ya entonces saltaron las alarmas al constatar la pérdida de 4.500 metros cúbicos de agua. Entonces, el Servicio Territorial de Medio Ambiente, tras los pertinentes estudios, situó en el dique artificiales de la laguna la fuga, que se selló en octubre, inyectando sobre la zona de fisura -unos cinco metros cuadrados de superficie-, un tipo de arcilla fina (bentonita) por la gran capacidad que tiene de expandirse cuando entra en contacto con la humedad taponando las grietas abiertas e impermeabilizando el terreno.
Esa solución resultó eficiente y desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente se fue comprobando en las sucesivas visitas y mediaciones que el caudal de agua volvió a recuperar sus niveles;incluso durante los meses de invierno, con las correntías del agua de nieve y lluvia, la laguna estuvo a tope. Sin embargo, transcurrido prácticamente otro año, se han detectado nuevas fugas en la Laguna de los Patos que han vuelto a provocar la pérdida de un importante volumen de agua, dejándola incluso en estos momentos con un nivel menos que el pasado año en septiembre.
De momento, sin embargo, no se ha podido determinar el lugar en el que están las nuevas fugas, que no se conocerá hasta que la pérdida de agua llegue a ese punto de la fuga. Sí se puede confirmar que no se trata de la misma fuga del pasado año porque el nivel es más bajo que entonces.
Carlos Mata, director del Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila, explica que se trata de fugas pequeñas porque cuando el aporte de agua es muy bajo, el balance es negativo, pero a poco que haya lluvias, la laguna se recupera. «Así, vamos a tener un balance de bajada y subidas anuales si no somos capaces de sellarlo», añade Mata. En todo caso, considera que el hecho de que en dos años consecutivos hayan aparecido fisuras, puede deberse a un proceso geológico natural «que se nos escapa a un tratamiento de sellado como el que se realizó el pasado año».
Ante esta situación, el Servicio de Medio Ambiente tratará de mitigar y solucionar el problema, pero sobre todo urge hacer un seguimiento para determinar si se está ante ese proceso natural y se trata de fisuras que van a ir saliendo habitualmente. De ser así, se tendría que decidir si merece la pena entonces llevar a cabo los sellados o, por el contrario, no actuar de esa manera y dejar que la Laguna de los Patos de forma natural se vaya llenando con las correntías de invierno y vaya fluctuando el nivel de manera natural.
El director del Parque Natural explica que ahora mismo lo que importa es encontrar la fuga, que es segura por el descenso «desproporcionado» del nivel del agua, más bajo ahora que el año pasado, cuando se perdieron 4.500 metros cúbicos de agua. Los siguientes pasos pasan por ir midiendo los niveles y una vez que se estanque, será cuando se determine el punto o puntos exactos donde están.
Mata confirma, por otra parte, que la pérdida de agua no se ha detectado en el resto de lagos que conforman el Parque Glaciar, que se mantienen en los niveles habituales y donde las pocas pérdidas que hay son productos de la normal evaporación. (Más información en edición impresa)