Los vecinos de la urbanización residencial de Villacomparada, conocida como Las Medinas, han anunciado esta tarde en una nota de prensa que han decidido ponerse «en pie de guerra». Enfrente tienen a un alcalde y un equipo de gobierno que aseguran ha desoído todas sus peticiones para mejorar los servicios de sus calles desde que en 2015 remitieron al Consistorio la primera carta denunciando el estado de la urbanización. Entonces, aseguran que el regidor les prometió que abordaría cada año el arreglo de una calle, pero todo sigue igual, por lo que realizarán consultas jurídicas para valorar la posibilidad de acudir a los tribunales, presentarán una queja ante el Procurador del Común en busca de soluciones y colocarán pancartas en la urbanización para hacer público su descontento y «el abandono» que dicen sufrir por parte del Ayuntamiento. Acudir a los medios de comunicación ha sido otra de sus decisiones para dar a conocer sus quejas.
Los afectados, que el pasado domingo celebraron una reunión de vecinos en la que participaron una treintena de propietarios, afirman que llevan «45 años en penumbra» por la ausencia de farolas suficientes, sin bordillos y con aceras incompletas, al faltar baldosas, así como con hierbas y maleza que nacen en estos bordillos y aceras. A todo ello se suma un pavimento deficiente en las calzadas. Además, entre el 28 de abril y el pasado 8 de mayo estuvieron en la oscuridad total, al no funcionar las farolas.
Los vecinos, quienes consideran que «el Ayuntamiento pasa de nosotros», al no recibir respuesta a la mayor parte de sus escritos, temen que esta falta de limpieza y de retirada de la maleza pueda dar lugar a incendios como el que ya se produjo el pasado verano en los matorrales que crecen junto al río y que precisó de la intervención de los bomberos voluntarios, con lo que «no llegó a alcanzar las viviendas».
Aseguran vivir «con inseguridad y temor a que nuestros niños y mayores no puedan salir solos en horas nocturnas», por la falta de entre diez y doce nuevas farolas para completar el deficiente alumbrado de la zona. A ello añaden que en la urbanización viven, sobre todo, personas de avanzada edad, algunas solas, y también familias con niños, por lo que han mostrado su preocupación ante una posible falta de seguridad ante la Guardia Civil y la Subdelegación del Gobierno, dado que temen que «alguien aproveche la oscuridad para hacer daño».