No hace falta vivir en un barrio de los llamados por el Ayuntamiento como periféricos, tradicionalmente más olvidados que los del resto de la ciudad, para salir del portal de casa y encontrarse con que a los pocos pasos se termina una acera, con que para tirar la basura hay que caminar hasta unos contenedores que están situados en un descampado en el que conviven peatones y vehículos... Si además se tiene una edad avanzada o movilidad reducida, transitar por el entorno de las calles Zamora o Procurador, situadas a apenas dos minutos a pie del paseo de Fuentecillas y del parque de La Isla, puede ser, especialmente en días de lluvia, un deporte de riesgo.
Los vecinos de este entorno están cansados ya de escuchar las explicaciones de índole urbanístico que reciben cada vez que se acercan al Ayuntamiento a recordar que, como el resto de contribuyentes, ellos también pagan impuestos. Sin embargo, no parece que eso sea suficiente para que tengan unas calles dignas. Que si el Plan de Ordenación Urbana (PGOU) establece que eso se reordenará algún día, que si todo depende del desarrollo de una unidad de actuación y poco se puede hacer desde el ámbito público... La misma explicación de hace cinco, diez, quince, veinte años... Y quién sabe por cuánto tiempo más porque la solución planteada en el planeamiento, en el que se contempla, entre otras actuaciones, el derribo de algunas viejas edificaciones de ese entorno, no parece que sea algo sencillo ni que se vaya a resolver de la noche a la mañana.
Con ese cansancio acumulado, uno de los vecinos de esta zona de la ciudad decidió llevar su malestar y el de otros residentes de la zona al Pleno del pasado mes de noviembre para hacer llegar su intranquilidad a los políticos y hacerla pública.
El concejal de Urbanismo, Manuel Manso, no pudo nada más que reconocer a los vecinos que «tienen toda la razón». Eso sí, también les indicó que tendrán que seguir esperando.
Como en esta vida nada es imposible ya que la voluntad política puede imponerse a los planes urbanísticos, el edil popular se atreve a anticipar que tratarán de articular una solución temporal para acondicionar todo ese entorno. De la misma manera que se han arbitrado remedios excepcionales para, por ejemplo, la prolongación del bulevar, para llevar la fibra óptica a los polígonos industriales... Dicho de otra manera, cuando se quiere se puede.
En cualquier caso, el edil de Fomento se marca el horizonte de esta legislatura, que finaliza en 2027, para dar una solución digna a los vecinos de este rincón de San Pedro de la Fuente.