«En la vida hay que dar pasos con mirada firme y tenemos un futuro apasionante por delante», afirmaba ayer Verónica Pascual Boé, la CEO de Asti, después de anunciar la venta de la empresa burgalesa -radicada en Madrigalejo del Monte- al gigante suizo ABB. Aunque «con el tiempo» perderá la marca y producirá bajo las siglas de su comprador, la fábrica de Asti en Burgos se convertirá en la sede principal del negocio de Robots Móviles Autónomos (AMR) de ABB, que será liderado por Pascual Boé. Todas las funciones, incluyendo entre otras I+D, ingeniería, cadena de valor de producto y proyecto, continuarán en las instalaciones de Asti en España, Francia y Alemania. Y ABB ampliará significativamente la capacidad de producción en Burgos para apoyar la expansión de ventas prevista en Europa y América.
Por tanto, la operación representa una oportunidad de crecimiento para la planta de Madrigalejo. La propia CEO de Asti lo confirma en conversación telefónica con este periódico. Durante los últimos años Asti ha trabajado en la estrategia de convertirse «en un líder global de la robótica móvil», hasta encontrar el socio ideal, «una empresa fabulosa» que permitirá «incrementar mucho la producción de la fábrica burgalesa». Paralelamente, además, la plantilla «va a crecer más». Antes del acuerdo, la empresa ya anunció la incorporación de 100 nuevos profesionales, de los que 80 ya están en plantilla. «Pero es que tenemos que sumar más personas para dar soporte a esa cadena que sostenga el crecimiento del grupo», indica Pascual Boé, quien advierte de que se trata de «una gran oportunidad de seguir generando puestos de trabajo de alta calidad y de atraer talento a Burgos, para hacer de ella la capital mundial de la robótica».
Todavía «es temprano» para dar cifras de contratación de personal porque ambas empresas «están trabajando en el plan de integración para establecer el proyecto de negocio a futuro». No obstante la máxima responsable de Asti está en condiciones de asegurar «que el plan de expansión de la planta de Madrigalejo es inminente». Según detalla, en sus terrenos hay espacio para construir otras tres factorías más. Pues bien, «a finales de año» y ya integrada en ABB, la fábrica iniciará «su primera etapa de expansión».
La operación, a juicio de Pascual Boé, no solo aporta tranquilidad desde el punto de vista laboral a la plantilla sino que concee a los trabajadores «la oportunidad de crecer profesionalmente». «El equipo está encantado porque entiende que se une a un grupo con mucha experiencia industrial y tecnológica; ahora depende de nosotros seguir creciendo», comenta.
ABB y Asti llevaban tiempo trabajando en esta operación, que se cerró el lunes a última hora y que culminará a mediados de este verano (...).
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