De excursión al valle de algodón

S.F.L. / Salas de Bureba
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Millones de flores blancas en su máximo esplendor adornan las ramas de los cerezos en Caderechas. Alumnos de quinto de Primaria del colegio burgalés Juan de Vallejo, de los primeros en disfrutar del espectáculo

Millones de flores blancas en su máximo esplendor ya adornan las ramas de los cerezos en Caderechas. - Foto: Patricia

Antes de pisar y explorar hasta el recoveco más minúsculo de la finca de Germán para localizar los 13 elementos y ganar la gincana, los 24 privilegiados seleccionados para contemplar in situ el estallido de la floración de los cerezos de Caderechas recibieron nociones sobre las especies de flora y fauna que habitan en la zona. El reto al que se enfrentaron los alumnos de quinto de Primaria del colegio Juan de Vallejo sirvió para que aprendieran al aire libre, como a ellos más les gusta, a identificar visualmente diferentes frutales y animales -también por el sonido que emiten- en plena naturaleza. La teoría la absorbieron en el Centro de Interpretación del Valle, en Salas de Bureba, y la práctica la llevaron a cabo en el terreno de cultivo.

Sergio no pudo contener la emoción al sentirse rodeado de un «bosque de algodón» y mientras observaba atónito una rama en la que no cabía ni una flor más confesó no haber visto nunca «nada parecido». Al igual que el resto de sus compañeros, hizo un repaso rápido del recinto y se puso manos a la obra. Vera se dio maña y reunió en su bote de cristal la hoja descompuesta, la lombriz, una hoja de diente de león y la raíz de trébol. La mariquita se le resistió algo más a pesar de la elevada presencia de estos insectos por el calor que ya azotaba a las 10.30 de la mañana. Vive en Burgos, pero veranea en Oña y es de las pocas -muy pocas- que había visto un cerezo en su mejor momento.

Los jovencitos corretearon durante casi dos horas entre las hileras de árboles que el fruticultor mima como si de hijos se trataran, y a pesar de que ellos no cargaban con teléfonos móviles, Eva, la profe que les acompañó, tiró unas cuantas instantáneas. Además de educadora también cumplió funciones de enfermera porque Neizan se perdió algún detalle de las explicaciones de Ariana -coordinadora de la Asociación Ábrego- y en vez de buscar y señalar las plantas de ortiga apostó por arrancarlas sin protección. «¡Cómo pica!», exclamó durante un buen rato. 

Alumnos de varios colegios de la región (en la foto del Juan de Vallejo de Burgos) visitarán este mes la floración, y los productores también abrirán sus huertas a otros viajeros. Alumnos de varios colegios de la región (en la foto del Juan de Vallejo de Burgos) visitarán este mes la floración, y los productores también abrirán sus huertas a otros viajeros. - Foto: Patricia

Salas celebrará la Feria de la Cereza el 6 de julio con puestos de fruta y otros productos


Justin también fue uno de los primeros en disfrutar de un fenómeno que ya muestra su máximo esplendor. Alucinó y prometió «recomendar la visita» a todos sus conocidos. Ellos felices y la docente más. «Les llevamos a visitar el Palacio de Buckingham, pero no conocen lo que tenemos en la provincia», comentó con tono irónico. «A favor de emplear otros métodos de aprendizaje, a la vez de promocionar el Valle», se mostró encantada de que un papá, Javi, se animara a viajar con ellos. «No lo conocía y es precioso», repetía una y otra vez. 'Amenazó' con volver «con más tiempo acompañado de todos los miembros de su familia» y de «proponer la excursión» a sus allegados. 

Caderechas cobra vida gracias a la floración y Federico y María de las Candelas, de Tapia, tampoco se lo quisieron perder. Ellos decidieron aprovechar el buen tiempo para recorrer kilómetros en bicicleta eléctrica, un viaje que realizan cada año. Los hosteleros ya reciben turistas interesados expresamente en contemplar las fincas y esperan un aluvión este fin de semana. La Feria de la Cereza del 6 de julio también traerá nuevas caras.