El mercado inmobiliario de Miranda cada vez está más tensionado. Las viviendas de segunda mano a la venta cada vez resultan más escasas, la construcción de nuevas no termina de arrancar y además a todo esto se junta un aumento de la demanda con la llegada de vitorianos, que escapan de la capital vasca por los altos precios. Además, la ciudad del Ebro suma un factor a tener en cuenta para entender este problema, porque hace trece años que han desaparecido las Viviendas de Protección Oficial (VPO). El impulso público tuvo un pico justo en el momento en el que la burbuja inmobiliaria explotaba en 2008. Ahora, con el censo en pleno crecimiento, la Junta de Castilla y León romperá el largo 'olvido' institucional, con una obra que se espera que arranque este mes, aunque los 28 pisos se destinarán al alquiler, por lo que para la venta aún habrá que esperar más tiempo.
El Ayuntamiento y la Junta mantienen abiertas negociaciones para desarrollar nuevas promociones. El foco del departamento de Urbanismo está en el Casco Viejo, aunque no se dan explicaciones de cómo podrá acabar esta intención. Sí que está más claro el arranque de las obras en la avenida Europa, donde la Consejería de Medioambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio recibió del Consistorio una parcela para construir el bloque previsto. Costará 3,7 millones de euros y se financiará con fondos europeos, lo que obliga a que esté terminado a finales de 2026.
De esta manera, las primeras llaves no se entregarán antes de esa fecha y la ciudad sumará al menos 14 años sin que se entreguen unas llaves de VPO. Las últimas son las que se realizaron con un fin social en la calle Los Hornos. Sin embargo, el proyecto que tuvo un mayor impacto fue el que desarrolló el Ayuntamiento a través de la empresa municipal. Con Viranda activa, en la ampliación de la calle Ronda del Ferrocarril se edificaron 243 pisos con precios competitivos. La iniciativa no estuvo ni muchos menos exenta de problemas, porque las obras comenzaron en 2007 y la mayoría se entregaron en 2011. Entre medias, hubo muchas renuncias y algún fallo vinculado a la construcción.
La Junta de Castilla y León también desarrolló varias promociones, ninguna tan ambiciosa. En el barrio de Las Matillas levantaron 62 pisos y unos pocos más en un bloque construido en la calle Alfonso VI. Todos concluyeron con posterioridad a la explosión de la burbuja inmobiliaria, un hecho que provocó que varias promociones impulsadas desde lo público se frenaran. La administración regional paralizó por ejemplo un desarrollo urbanístico junto a La Arboleda, donde unos 500 pisos iban a tener la etiqueta de VPO. También ocurrió con El Crucero Oeste, un macroproyecto del Sepes, con 900 viviendas de las que una parte también iban a ser protegidas. A todo esto, se une el desarrollo del PR-1, donde ahora construirá la Junta y donde se llegó a hablar por parte del Ayuntamiento de 600 VPO.