La afición del Burgos CF abandonó el domingo El Plantío con la sensación de que se habían escapado dos puntos ante el Huesca porque los suyos realizaron un total de 19 remates y, aun así, se tuvieron que conformar con el empate (1-1) en el estreno liguero. Ningún equipo de Primera ni de Segunda División lo intentó más en la jornada inaugural. Ni el Barcelona, ni el Real Madrid, ni el Atlético. Nadie.
Jon Pérez Bolo dejó claro cuál va a ser su estilo desde el primer día, pero esta vez su filosofía de ataque no tuvo el premio esperado. En 19 remates, el Burgos CF solo fue capaz de marcar un solo gol desde el punto de penalti y eso que gozó de ocasiones muy claras, como un disparo de Dani Ojeda dentro del área completamente solo, otro tiro desde la frontal de Fer Niño que salió demasiado blando o un remate de David Goldar dentro del área cuando ya agonizaba el partido, entre otras. Fue una sucesión de intentos sin recompensa. «Otro día habrá más acierto y conseguiremos los tres puntos», comentó Bolo tras el encuentro con cierta resignación.
La baja efectividad impidió a los castellanos hacerse con la victoria, algo que hubiera sido lo normal con un mínimo de acierto. Sin ir más lejos, el Racing de Santander remató solo 11 veces y goleó (4-0) al Eibar, y el Mirandés le endosó el mismo castigo al Alcorcón con 17 intentos.
Además de su producción ofensiva, el Burgos CF fue el equipo de Segunda División que menos remates recibió. Con únicamente cinco tiros en los 90 minutos, el Huesca fue capaz de perforar en una ocasión la meta de Caro, algo que también sucedió en el duelo de Primera entre Las Palmas y el Mallorca, que curiosamente finalizó también (1-1). Los canarios salvaron los muebles con un tanto en cinco intentos.
Lo contrario le sucedió al Almería en su regreso a la élite, pues remató las misma veces que el Burgos CF y perdió (0-2) con el Rayo Vallecano, que se valió de dos penaltis para llevarse el triunfo.
La contundencia en las áreas se antoja capital en el fútbol, como ya lo demostró Julián Calero en las últimas temporadas con su estilo conservador, defendiendo muy bien su portería y tratando de aprovechar las pocas ocasiones de las que gozaba su equipo. Ahora, con Bolo, el Burgos CF es el equipo que propone y genera más oportunidades, pero deberá afinar su puntería para sacar los partidos adelante.