No queda casi nada para que concluya la reforma definitiva de la Catedral. Sin contar con el trasaltar, que ya se está en ello, restan por ser reformadas dos pequeñas capillas: las del Corpus Christi y la de Santa Catalina.De la primera ya hay proyecto y financiación -un total de 450.000 euros-, que correrá a cargo la Fundación de Patrimonio; de la segunda, se encuentra estos días el Cabildo valorando la posibilidad de presentar un proyecto al Ministerio de Cultura. La pena es que el casi no depende del Cabildo, ni de mecenas alguno. El casi es la calefacción, el caballo de batalla sobre el que se lleva tantos años porfiando.
Pero, pese a las continuas decepciones, pese a las pertinaces negativas, en el Cabildo son optimistas: «Lo conseguiremos», dice rotundo Álvarez Quevedo. «No es que hayamos perdido la esperanza, es que hemos estudiado todos los tipos de calefacción que se puede poner y el que hemos elegido es el más adecuado de todos para lo que el Cabildo pretendes, que es calefactar toda la Catedral, tanto para el culto como para el turismo. Y, con el tiempo, sería interesante calefactar también el museo», apostilla Lázaro.
El oratorio del corpus. La capilla del Corpus Christi, donde se actuará de manera inmediata, está fechada en 1373. Muestra manchas de humedad, suciedad, pérdidas de material en los plementos de las bóvedas y desintegración de los morteros de las juntas, entre otros deterioros que evidencian la necesidad de una restauración.
La Fundación del Patrimonio Histórico plantea una intervención integral que afectará a los muros interiores, las bóvedas, vidriera, sepulcros, escudos y bienes muebles, como el cofre del Cid, un arcón medieval del siglo XIV que, según la leyenda cidiana, utilizó el Campeador para engañar a los judíos.