La guardería El Principito de Belorado tiene habilitadas varias unidades (cursos) provisionales concedidos por la Junta de Castilla y León. Para convertirlas en definitivas y que estén en consonancia con el número actual de niños (36), deben de cumplir una serie de ratios marcados por un decreto de la administración regional en 2008 como las medidas mínimas del patio, de las aulas o del comedor.
Ante la imposibilidad de emprender una reforma, ya que las actuales instalaciones en los bajos del Ayuntamiento «no dan para más» según el propio alcalde, Álvaro Eguíluz, el Consistorio ha optado por construir un nuevo jardín de infancia «a medio plazo». Tras barajar distintas ubicaciones dentro del término municipal se ha optado por ubicar la futura guardería en el patio del colegio de educación infantil y primaria Raimundo de Miguel.
Aunque la parcela es de titularidad municipal, actualmente se encuentra cedida a la Junta. De este modo se ha tenido que tramitar un expediente de mutación demanial para hacerse de nuevo con la titularidad del espacio en el que se ubicará el centro educativo sin que pierda la utilidad pública. Todas esas gestiones son las que el equipo de Gobierno de Belorado ha ido acometiendo en los últimos meses -y las que le quedan pendiente-.
En la sede de la Consejería de Educación ya cuentan desde hace tiempo con el proyecto básico de la guardería formado por tres unidades con un máximo de 41 alumnos. Se emplazará en la parte trasera del colegio, la más próxima a la calle Calvario, completamente independiente del inmueble que ocupan el resto de niños y niñas más mayores. A pesar de que han solicitado apoyo económico a la administración regional para ayudarles a costear la inversión, que rondará según el alcalde los 280.000 euros, han obtenido la callada por respuesta. «La Junta de Castilla y León nos asigna dinero para el mantenimiento del personal técnico en función de las aulas y los suministros de la propia gratuidad de 0 a 3 años», confiesa Eguíluz. Esta cifra podría variar en función del presupuesto que indique el proyecto de ejecución.
El cronograma que manejan desde el Ayuntamiento de Belorado con respecto a esta actuación se mueve entre finales de 2025 o principios de 2026 para arrancar los trabajos. Todo dependerá si logran algún tipo de impulso monetario que les permita adelantar las obras o si, como se temen, deben afrontarlo de forma íntegra con los fondos propios del municipio.
«Nos gustaría que la Junta financiara parte o el total de la construcción, pero siendo realistas creo que no nos va a ayudar a nosotros ni a nadie», admite el regidor. En una situación muy similar a la que viven a día de hoy en la capital beliforana se encuentran otros pueblos como Briviesca o Cardeñadijo. De este modo, Eguíluz sugiere que quizás la administración regional podría plantearse poner en marcha algún tipo de línea de ayudas para apoyar la transición que como Belorado deben acometer más pueblos. «De momento no tenemos noticias al respecto», admite.
Compatibilidad. Los ratios mínimos que marca la Junta sumando las tres unidades son o bien 20 alumnos -como máximo- o bien 33 o bien 41. Actualmente hay 36, con picos en verano que aumentan esa cantidad, por eso el Ayuntamiento debe afrontar ahora el aumento de las unidades, pero teniendo en cuenta las exigencias mínimas en materia de aulas, comedor o patio que exige la Consejería.
«En los últimos años hemos experimentado un repunte de niños que se ha mantenido estable, por lo que se trata de una actuación imprescindible», asegura Eguíluz, que recalca el «servicio de futuro» que permitirá contribuir a mantener población estable en Belorado. «Si seguimos con 33 se quedaría gente fuera y eso no nos lo podemos permitir», sentencia.