Reflejo gótico en pompas de jabón

I.L.H. / Burgos
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Las 12 burbujas de colores (3 individuales y 3 en trío) colocadas frente a la Catedral responden a la instalación 'Evanescent', de Atelier Sisu. Su refracción lucirá hasta el 2 de enero

Las bolas de 5 metros de altura aluden a la fragilidad de las cosas y la belleza de lo efímero. Por sus tonalidades seguro que serán ampliamente fotografiadas. - Foto: Ramis

Burbujas, pompas de jabón, esferas, globos de colores, peceras, bolas gigantes de Navidad, hinchables... Cada espectador se referirá de una manera a la instalación de luz y sonido ubicada en la plaza del Rey San Fernando y todas serán acertadas. Porque Evanescent, de Atelier Sisu, lo que busca es sorprender -también con su definición- a partir de unas bolas de cinco metros de altura que en cada momento del día presentan un aspecto diferente por los reflejos de la luz del sol o la iluminación nocturna.

Desde ayer lucen junto a la Catedral, una ubicación que permite contrastar el diseño contemporáneo con la arquitectura gótica y hacer de ambos un juego de contrastes, que en el caso de las pompas de jabón consiguen además que se reflejen en ellas sus agujas. Y para no importunar a quienes visiten el templo gótico, se ha consensuado con el Cabildo el espacio concreto a ocupar, de manera que su volumen no impida acceder al turista a la puerta de venta de entradas.

La instalación promovida por la concejalía de Festejos consta de doce bolas, tres individuales y tres agrupaciones en forma de trío que parecen flotar y por las que los ciudadanos pueden deambular tratando también de encontrar la mejor de las perspectivas.

Con las tonalidades cambiando a cada segundo, Evanescent explora la fragilidad y la belleza de lo efímero. Porque el material con el que están hechas las pompas de jabón descompone la luz en un arco iris de infinitas tonalidades. Sombras complejas, reflejos sorprendentes, refracciones y destellos varían en el horario diurno y en el nocturno. Por la noche las proyecciones de luz rebotan dentro de la capa reflectante de las esferas y la visión es otra completamente, al margen del paisaje sonoro que las envuelve. Es, además, una instalación inmersiva a la que los ciudadanos pueden acercarse, pasear entre ellas o tocarlas.

Desde Atelier Sisu persiguen  unir a las personas a través del arte y provocar una experiencia espacial: «Nuestro objetivo no es simplemente crear algo bello o una escultura temporal, sino reinterpretar nuestros espacios públicos a través de opciones arquitectónicas», apuntan sus creadores: el escultor y diseñador industrial peruano Renzo B. Larriviere y la arquitecta espacial y artista Zara Pasfield.

Tras dos días de montaje, la instalación inaugurada ayer por la alcaldesa, Cristina Ayala, estará disponible en ese emplazamiento hasta el 2 de enero.