Si 2024 no ha servido para aumentar el ritmo de las obras en las tres grandes infraestructuras viales proyectadas desde hace muchos años en la provincia, tampoco ha sido el mejor año para el AVE. La mayor parte de las noticias han dejado en mal lugar a Burgos: una de las más reveladoras en este sentido es que la conexión con la Y Vasca estará lista tres años antes que el AVE a Vitoria. Mientras tanto, Adif anunció que retrasaba sus previsiones y que la licitación de la alta velocidad hasta la capital alavesa no sería una realidad hasta el año entrante, siendo el tramo entre Pancorbo y Ameyugo el primero que saldrá a concurso, según adelantó el administrador de infraestructuras ferroviarias.

Cualquier modificación sobre un proyecto acarrea retrasos, y así parece que sucederá con el último tramo entre Burgos y Vitoria: la UTE encargada del proyecto propuso en agosto la ampliación del plan previsto por el Ministerio al sugerir la inclusión en este segmento de más viaductos. Aunque la empresa adjudicataria aseguró que cumpliría los plazos pese a la citada modificación, parece complicado que pueda hacerlo, máxime tratándose de una obra tan compleja y exigente.