La reunión de ayer de los consejos rectores de los consorcios para la Gestión de la Variante Ferroviaria y de Villalonquéjar IV escenificaron dos realidades. De una parte, la grandísima preocupación de los representes públicos por los escalofriantes intereses que hay que pagar a las entidades financieras por la subida de los tipos marcada por el Banco Central Europeo (BCE), y de otra, la unidad que mostraron los tres partidos políticos del Ayuntamiento, el PP y Vox desde el Gobierno y el PSOE desde la oposición, para ir de la mano ante un escenario de enorme complejidad.
El principal acuerdo al que se llegó ayer se concreta en la creación de una comisión o grupo de trabajo que se pondrá manos a la obra para estudiar los planteamientos con los que la ciudad se presenta ante los bancos para renegociar la deuda de los consorcios. Por aquí, los tres partidos coinciden en que es insostenible pagar los intereses que se fijaron entre 2016 y 2017. Es decir, que el por el tramo A de la deuda del Desvío (la sostenible y la de mayor cuantía) se esté abonando un 5,25% (euríbor más un punto) y que la de Villalonquéjar se sitúe en el 5,20%.
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