La Audiencia Provincial de Burgos ha condenado a 21 años y medio de cárcel a un varón de nacionalidad peruana por un delito continuado de agresión sexual a sus hijas menores de edad. La sentencia le prohíbe comunicarse y acercarse por un periodo de 15 años a las víctimas, a las que deberá indemnizar con 6.000 euros -en total-, y además ordena tanto su expulsión del territorio español una vez salga de prisión como su prohibición de entrada en el país durante los próximos 20 años.
La sentencia considera probado que el varón condenado por los hechos ocurridos entre 2020 y 2021, cuando las niñas tenían 10 y 8 años, aprovechaba que se quedaba con ellas todas las tardes para realizarles tocamientos, aunque también hubo episodios más fuertes, en los que se produjeron agresiones sexuales.
Ambos progenitores, según el relato del Ministerio Público, se encontraban separados y habían establecido un régimen de visitas y estancia por el cual el ahora condenado, L.P.O.A., las recogía del colegio de lunes a viernes y se las llevaba a su casa hasta la hora de entrega a su madre. Era entonces cuando llevaba a cabo sus abusos.
La hija mayor denunció que todas las tardes la realizaba tocamientos cuando estaban en el salón y en la habitación. Pese a que la víctima se oponía, el condenado utilizaba la fuerza para levantarle la ropa y tocarle los pechos. También metía la mano dentro del pantalón y manoseaba sus partes íntimas.
Hubo episodios más fuertes, en los que se produjeron agresiones sexuales y la forzó a practicarle felaciones. También la obligaba a ver películas pornográficas junto a su hermana y le decía que lo que veían es lo que quería hacer con ellas. Cuando la hija le reprochaba su actitud, L.P.O.A. la menospreciaba asegurando que nunca la creerían.
La menor de las hijas, además de presenciar los abusos hacia su hermana mayor, también sufrió episodios similares. La tocó sus partes íntimas, a veces le cogía las manos para que le masturbase e incluso la amenazaba si se oponía.
Fue la niña de 10 años, cuando vio que su hermana también estaba siendo víctima de los abusos, la que decidió contárselo primero a su madre y luego denunciar los hechos en la Comisaría Provincial. El Juzgado de Instrucción número 4 de Burgos dictó orden de prohibición de acercamiento del entonces acusado a sus hijas y se suspendió el régimen de visitas.
En otoño, L.P.O.A. se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial, que ahora le ha condenado a 21 años y medio de cárcel por varios delitos continuados de agresión sexual a menor de 16 años. Además, la sentencia le prohíbe comunicarse y aproximarse durante 15 años a sus hijas, a las que deberá indemnizar con 6.000 euros -en total-. Igualmente se le priva 12 años de la patria potestad respecto a las dos niñas, se le inhabilita durante 20 años para desempeñar cualquier profesión que conlleve contacto con menores. Asimismo se indica el cumplimiento efectivo de 6 años de prisión en total por ambos delitos y su posterior expulsión del país, con la prohibición de volver a entrar durante los próximos 20 años.
La sentencia es firme después de que el ahora condenado manifestara in voce su voluntad de no recurrirla.