El proyecto que comenzó a materializarse en 2018 va camino de no estar terminado y acumular siete años de obras, eso sí, con una paralización total entre medias de tres años. La construcción del centro de recepción de visitantes del yacimiento de Clunia tendrá que haber estado acabada en agosto, después de que se retomase en febrero de 2023, pero la nueva estimación apunta a que se alargará más allá de diciembre. «Ahora está en vigor la prórroga que pidió la empresa, hasta el 31 de diciembre, y todavía pueden pedir otra más de cuatro meses, por lo que el nuevo plazo sería el 30 de abril de 2025», explica el responsable del área de Contratación de la Diputación de Burgos, Jesús María Sendino.
Este aumento de los plazos no parece preocupar a los responsables del proyecto, que insisten en que es algo normal y reglado en este tipo de obras de gran envergadura. «La ley de contratos públicos contempla que una empresa pueda pedir una prórroga siempre que no supere el 50% del plazo de ejecución marcado, por lo que en este caso estaría permitido al no sobrepasar los nueve meses de prórroga», explica Sendino, en el caso de que se opte por solicitar la nueva moratoria para la conclusión de las obras, que sería de cuatro meses como máximo.
Aunque el pasado mes de mayo se estimaba que el proyecto tenía un nivel de ejecución del 60%, la aparición de restos de una calzada romana, en la zona donde se había diseñado el aparcamiento de para visitantes, y algunos «problemas de ejecución para definir los detalles de la obra», como los califican desde la Institución provincial, se han confabulado para que los trabajos sobre el terreno sufran un nuevo revés que impida cumplir los plazos iniciales marcados. «La dirección de obra está siendo muy meticulosa con todos los detalles, porque es un proyecto de autor, no podemos hacer en ese enclave cualquier cosa, tiene que ser un trabajo cuidado», remarca Ramiro Ibáñez, antecesor de Sendino en el cargo y encargado de reactivar esta obra en 2022.
Tanto Sendino como Ibáñez recalcan que en ningún momento se han paralizado los trabajos desde que Tragsa comenzó a ejecutarlos, aunque no esconden que el ritmo se ha ralentizado. «Tenemos que definir muy bien la obra y los materiales, eso dice Tragsa que dificulta la marca de los trabajos, pero desde la Diputación le decimos a Tragsa que meta más personal y jefes de obra para avanzar más deprisa», reconoce Ibáñez. Con este objetivo, desde la Institución provincial se ha optado por designar a uno de sus arquitectos en plantilla para que haga las veces de codirector de las obras y «así conseguir que la toma de decisiones sea más ágil», justifican desde la Diputación.
Con todo y con eso, el proyecto de creación de un espacio digno para que los visitantes del yacimiento romano de Clunia Sulpicia puedan apreciar en toda su magnitud la importancia de este enclave patrimonial e histórico acumula diez años de procesos y trámites. El expediente se inició en 2015 y, tres años después, se presentaba el proyecto. La aparición de restos de una calzada y un monumento funerario obligaron a modificar su ubicación. Tras el proceso de licitación de las obras, la primera adjudicataria comenzó los trabajos en el último trimestre de 2019, con un plazo de un año, pero la paralización de las obras obligó a rescindir el contrato, y todo quedó en punto muerto durante tres años. No fue hasta febrero de 2023 cuando se reanudaron las obras, después de contratar la construcción a Tragsa, que es quien ahora debe completar este proyecto.