El San Pablo buscará hoy en Riga una hazaña similar a la que intentó contra el Fuenlabrada hace unos meses. Tratará de sacar algo positivo de la capital letona con solo siete jugadores del primer equipo y tres del filial. Ni Vítor Benite ni Omar Cook ni Dejan Kravic ni Miquel Salvó ni Kenneth Horton se subieron ayer al avión. Bajas realmente sensibles que convierten el duelo de la Basketball Champions League ante el VEFRiga en una misión casi imposible. 

Las destacadas ausencias en la expedición azulona no son el único hándicap, ya que hay que tener en cuenta la realidad vivida en las últimas semanas por los jugadores que sí están disponibles. Todos han estado aislados en sus domicilios y el único entrenamiento de equipo que han podido realizar fue ayer por la mañana antes de poner rumbo a Zaragoza, donde cogieron un vuelo chárter hasta Riga. Una vez allí, sobre las 10 de la noche, fueron directos al hotel y hoy realizarán una sesión de tiro antes del partido. 

Junto con los siete integrantes de la primera plantilla se desplazaron los canteranos Ángel Infante, Alberto Alonso y Kareem Queeley para completar la convocatoria y seguro que disfrutarán de minutos porque Joan Peñarroya se verá obligado a dar descanso a sus jugadores. Cabe recordar que tanto Alonso como Queeley también han estado diez días confinados en sus respectivos domicilios porque estuvieron entrenando con el San Pablo en el momento de los contagios.

Con este panorama poco esperanzador está el conjunto azulón en tierras letonas, donde le espera un VEF Riga que cuenta sus partidos por derrotas y ocupa el farolillo rojo del Grupo J. No obstante, no hay que olvidar que los letones estuvieron a punto de ganar en el Coliseum y el San Pablo tuvo que recurrir a la prórroga para doblegarlos (...).

(La previa completa y más detalles sobre el partido de esta tarde, en la edición impresa de Diario de Burgos de este miércoles)