El Ayuntamiento de Miranda no tiene competencias en educación, aunque como toda administración local asume por ley algunos gastos vinculados a los colegios públicos. En este caso, el callejero suma ocho centros en los que el Consistorio se responsabiliza de las facturas de la luz, el gas o el servicio de limpieza y conserjería. En total, en 2023 las arcas municipales rozaron el pago de 1,5 millones de euros, tal y como detalla la concejala responsable de esta materia, Cristina Ferreras, quien lamenta el funcionamiento de un sistema en el que opina que las entidades locales padecen una «clara falta de financiación». Además, la edil avanza que este año el desembolso aumentará, por la implantación de las clases de 0 a 3 años.
El Ayuntamiento se encarga del mantenimiento de los CEIP de Los Ángeles, Príncipe de España, La Charca, Cervantes, Altamira, Anduva, Matillas y el centro para personas adultas de Aquende. «La factura es elevada», afirma Ferreras, quien detalla que el año pasado el montante para el personal ascendió a 657.000 euros, mientras que los gastos generales superaron los 760.000. En este segundo apartado, la responsable IU-Podemos menciona los 213.000 euros de gas o los más de 400.000 relacionados con la limpieza.
Los centros demandan una mejor conservación de las instalaciones, aunque desde el equipo de gobierno sostienen que por este concepto inyectaron 37.100 euros en 2023 y otros 11.000 euros con las que contrataron a empresas que actuaron en los colegios. «Si tienen necesidades nos tienen que llamar a nosotros», admite Ferreras, quien afirma que en ocasiones la línea «es difusa, aunque siempre digo que si hay que comprar algo eso no corresponde al Ayuntamiento». Aún así, reconoce que la administración más próxima siempre es la local, por lo que a veces responden por encima de la obligación.
Sucede con la aportación del papel higiénico, un asunto polémico que levantó mucho polvo en el inicio del pasado curso, sobre el que la concejala sostiene que «no depende de nosotros, porque debe salir de la asignación de la Consejería, aunque somos conscientes de que es tan exigua que a los colegios no les llega y por eso desde hace mucho tiempo lo compramos, aunque puede suponer unos 7.000 euros para las arcas municipales».
Ferreras incide en la falta de fondos que llegan al Ayuntamiento desde la administración regional por preservar el estado de los edificios educativos. En este sentido, avanza que para 2024 habrá un incremento de la factura, por la implantación de las clases gratuitas de cero a tres años en los centros, algo impuesto por parte de la Consejería.
En la medida de fondo «estamos de acuerdo», aunque la concejala lamenta que «con la manera con la que se ha hecho no lo estamos». Una de las críticas tiene que ver precisamente con la falta de financiación que denuncia, ya que «esa implantación supone unos gastos que no se reflejan en un aumento del dinero recibido», critica. Hasta esta misma semana, el Ayuntamiento ya ha pagado 306.000 euros en conceptos de gastos de personal, lo que cuadra con el gasto de 2023, aunque en el caso de los suministros ya se han supera los 600.000 euros, a falta de los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
«Vamos a pagar más», da por hecho Ferreras, quien justifica la subida en base a las nuevas clases habilitadas. Además «ahora los centros están abiertos por ejemplo durante Navidad por los bebés de cero a tres años», aclara, lo que repercute en la factura de gas, porque «aunque haya cinco, seis, siete u ocho niños y niñas hay que dar la calefacción y la tenemos en todo el colegio», afirma la edil. Por último, afea que este mes en Anduva hay una programa «del que nos enteramos por el centro, pero supone más gasto», por lo que la concejala opina que «la Junta invita y Miranda paga».