Una veintena de colectivos, capitaneados por la patronal ribereña, FAE Asemar, llaman a la ciudadanía a decir alto y claro que quiere la reapertura de la línea de ferrocarril Madrid-Aranda-Burgos, como herramienta indispensable para garantizar el futuro económico de la zona. La cita de este martes a las 20 horas en la Plaza Mayor de Aranda llega de la mano de la Plataforma Cívica por las Infraestructuras de Burgos, por lo que la suma de fuerzas con el resto de la provincia hace que gane en relevancia y proyección para lograr que se escuche esta reivindicación.  

¿Es cierto que esta es la última oportunidad que tiene la sociedad arandina para reivindicar esta infraestructura ferroviaria?
Nosotros creemos que, si ahora que es cuando se está negociando que el Corredor Atlántico pase por Burgos, no se incluye el Corredor Central nos quedamos fuera para siempre. El momento es ahora, la última oportunidad, porque o hacemos coincidir la reapertura del Corredor Central para hacerlo coincidir con ese cruce de caminos con el Atlántico o nos quedamos fuera. 

¿Qué beneficios tendría para Aranda esa reapertura? 
Aunque esto beneficia y mucho a Burgos, Aranda creo que somos los más beneficiados porque ahora no tenemos nada y nos lo jugamos todo. Nos estamos jugando formar parte del Corredor Central con la reapertura del Directo o que nos quedemos sin nada. Para nosotros está todo perdido, sólo nos queda algo que ganar. 

¿Nos hemos acostumbrado en Aranda a no tener tren y por eso nos cuesta más salir a la calle?
Es triste pero puede ser que sí. La gente joven igual no es consciente de la importancia que tiene el tren, porque no podemos echar de menos algo que nunca has tenido. Eso no significa que no sea importante y que no veamos la trascendencia que tiene a futuro el que podamos contar con una infraestructura como es el tren. A nivel empresarial está muy claro: mover las mercancías a través del tren es la forma más directa, más rápida y más sostenible que puede haber. Si las empresas no pueden mover sus mercancías a través de un medio sostenible, con las restricciones que está marcando Europa en ese sentido, se van a tener que ir de aquí o no van a venir más. 

Nos estamos jugando el futuro inmediato, hay que defender lo nuestro, nuestra vida, nuestro territorio» 

¿Esa relevancia se replica también en el transporte de pasajeros?
Por supuesto. Aranda se ha quedado aislada. El tren es esencial para que la gente venga aquí, incluso para solucionar la falta de mano de obra. Cuantas menos infraestructuras tengamos para conectar con otras provincias de las que nos podamos dotar de personas que puedan venir aquí a trabajar, es una dificultad añadida que vamos sumando.  

Si no se logra reabrir el Directo, ¿qué será de Aranda a medio plazo?
Yo me imagino que irá creciendo Burgos, Valladolid, otras localidades de la provincia en las que se fije la población porque esté ahí el desarrollo económico que aportan las empresas, y Aranda se despoblará. Pasará como cuando vino Michelin a Aranda, que la ciudad se dotó de una oportunidad de empleo para la gente de la comarca que vino y se fueron despoblando los pueblos de alrededor. A Aranda le puede pasar lo mismo en relación con otras ciudades del entorno, sería la decadencia absoluta de Aranda. 

¿La unión con Burgos suma después de tantos años reclamando el Directo en solitario desde Aranda?
Esta es la evidencia absoluta de que estamos toda la provincia en el mismo interés y que juntos somos más fuertes. Esta movilización la impulsa la Cámara de Comercio, que da ese empuje, y es una movilización que está dotada de recursos y eso también ayuda mucho. 

¿Dejar fuera el interés político es como dar un golpe en la mesa?
Al exigir respeto y futuro es una forma de plantarse toda la provincia para denunciar que nos están ninguneando, que todo se va a Valladolid, que el resto no pintamos nada y es algo que trasciende, que mueve el sentimiento de las personas para decir bien alto que nosotros también contamos. Defendemos una infraestructura pero trasciende eso, Aranda somos el tercer polo industrial de la región y aportamos mucho en el panorama nacional y lo defendemos. 

Aranda somos los más beneficiados porque ahora no tenemos nada»

¿Esta es una reivindicación para el futuro a medio plazo?
Es defender lo nuestro, nuestras vidas y nuestro territorio. Y no tenemos que seguir pensando que es para dentro de varias generaciones, nos estamos jugando el futuro inmediato, lo vemos en el problema de atraer mano de obra, que impide que las empresas crezcan o vengan nuevas. 

¿Cómo tendría que ser la respuesta de la población arandina?
Tendría que estar la plaza como el día del Cañonazo, tendría que ser nuestro cañonazo, nuestro punto de salida para generar un sentimiento de pertenencia y amor a esta tierra, una movilización para creernos que nos merecemos más.