A tres días del inicio de una atípica edición de Sonorama Ribera, el salón de plenos del Ayuntamiento de Aranda acogía la celebración de una Junta de Seguridad en la que se pusieron sobre la mesa las herramientas de las que se va a disponer para hacer cumplir las normas que hay ahora en vigor, tanto para la convivencia ciudadana como para reducir la incidencia de contagios de la covid-19. El subdelegado de Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, reconoce que «tenemos un plan de seguridad y cada uno sabe lo que tiene que hacer y viene demostrando que sabe cómo hacerlo», apelando a que la experiencia de ediciones anteriores tiene que servir para que no haya contratiempos.
Dejando la seguridad y la organización dentro del recinto ferial a los responsables de Sonorama Ribera, pone el acento en lo que podría atraer un festival, por muy reducido que sea el aforo, y en evitar las aglomeraciones en las calles. «Hay un Sonorama que está en el imaginario de aquellos visitantes que pudieran venir con una idea que tienen que desechar de antemano porque no va a haber ninguna actividad fuera de un espacio cerrado, la ciudad no va a tener esa oferta», recalca De la Fuente, que avisa de que «se trata de redoblar la presencia policial Local y Nacional. Tenemos unidades que apoyarían desde Burgos capital», apostilla.
En cuanto al dispositivo de seguridad en sí, como siempre se contará con los profesionales del Hospital de los Santos Reyes, Cruz Roja, Bomberos de Aranda de Duero, Guardia Civil -que «perimetra en un primer filtro la entrada a la ciudad»-, Policía Local y Nacional. A los efectivos de la Comisaría arandina se sumarán «por parte de la Comisaría provincial la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) para el control de masas en los puntos más controvertidos el jueves, viernes y el sábado», explica. Finalmente, se unirá también la Brigada Móvil «para controlar a la gente que viene de fuera por medios colectivos de transportes y también unidades de seguridad privada para controlar que dentro del recinto se realizan las funciones de seguridad necesarias», amplia Jesús María Nogales, comisario jefe provincial, que resume en una concisa idea el objetivo de la Policía Nacional durante el festival: «Nuestra función es que todo lo que ocurre en el Sonorama Ribera no trascienda en el orden público en la ciudad», recalca.
Para ello, además de los refuerzos que puedan venir de fuera de la ciudad, la plantilla de la Comisaría arandina «hace un sobreesfuerzo, porque limita sus vacaciones y libranzas para estas fechas», reconoce Nogales. Mientras, De la Fuente también pone de relieve que con Policía Local llevan semanas probando un dispositivo de colaboración que «está dando muy buenos resultados en el control del orden público», concluye el subdelegado en Burgos.