DeepSeek parece haber llegado para quedarse. Pero, sobre todo, para alterar el escenario previamente establecido respecto al desarrollo de la Inteligencia Artificial. El apodado como ChatGPT chino hizo a las principales Bolsas occidentales y a las instituciones de Silicon Valley tambalearse a principios de esta semana por ofrecer un gran rendimiento a un menor coste que otros modelos occidentales. Ejemplo de ello es que NVIDIA, cuyas unidades de procesamiento gráfico son especialmente importantes para el desarrollo de este campo, llegando a convertirse en la compañía de mayor capitalización bursátil del mundo, sufrió un histórico descalabro del 16,9% por ciento el pasado lunes y pérdidas de hasta 600.000 millones de dólares. Y aunque ayer la propia empresa registró un repunte de más del 7%, en un contexto en el que el índice Nasdaq de Wall Street también se mantuvo plano, la batalla entre EEUU y China está servida.
Desde que saliese a la luz que la aplicación del modelo DeepSeek R-1 había desbancado en la lista de descargas gratuitas de la tienda de Apple al popular ChatGPT, de la americana OpenAI, tanto en el país asiático como en Estados Unidos el revuelo fue inmediato e imparable.
Mientras expertos analizan si será duradero el impacto de este proyecto, que fue creado en dos meses con apenas seis millones de dólares, según el director de DeepSeek, Liang Wenfeng, las pruebas con la app muestran su condición selectiva y desactualizada a la hora de responder ciertos temas. Además, tampoco escapa a las críticas sobre sus políticas de privacidad.
Sobre la primera cuestión, esta IA generativa sugiere «hablar de otro tema» a la pregunta de quién es Xi Jinping, el líder chino desde 2013.
Además, respecto a las relaciones bilaterales entre Pekín y Washington mantiene un perfil cauto, destacando que las dos superpotencias mundiales tienen un vínculo complejo, de cooperación y competencia. Pero antes de que dé tiempo a leer más, borra la respuesta y vuelve a contestar que la cuestión se sale de sus dominios.
Por otra parte, el Gobierno australiano ha sido uno de los primeros en expresar su preocupación sobre «la gestión de la privacidad» de DeepSeek, trazando paralelismos entre su rápido ascenso y el de TikTok, de la china ByteDance, que la Justicia de EEUU busca prohibir por motivos de seguridad nacional.
A la pregunta de cuál es la política de protección de datos del modelo, este ofrece una amplia respuesta, en la que indica que la recolección de información «se hace con transparencia», informando a los usuarios de qué se almacena y con qué objetivo. También señala que no la comparte con terceros salvo que lo requiera la ley. Es la otra cara de la moneda de una aplicación que ha causado furor y que, además, supone una «llamada de atención» para la industria estadounidense, en palabras del propio Donald Trump.