El Ministerio de Cultura ha presentado esta mañana 'in situ' los hallazgos de las campañas arqueológicas que el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), desarrolla en el Monasterio de San Pedro de Arlanza desde 2021 para investigar los orígenes del histórico inmueble, al mismo tiempo que se ha detallado la nueva campaña de excavaciones arqueológicas que durante este mes se está llevado a cabo y que continuará julio y agosto en el 'laboratorio' para estudiar los hallazgos y datarlos. En esta campaña participa un equipo multidisciplinar de especialistas de la empresa adjudicataria de los trabajos, Patrimonio Global, integrada por 7 profesionaoles, algunos de ellos de la comarca, que han trabajado en dos sectores del cenobio. La presentación ha corrido a cargo del jefe de Arqueología del IPCE, Juan José Gordón. Este ha calificado de frustíferos y exitosos los trabajos, ya que se ha dado respuesta al principal interrogante que rodeaba a la historia del monasterio: la posible existencia y ubicación del primitivo claustro, hoy desaparecido.
Así, Gordón ha explicado que los trabajos en el claustro han permitido localizar el banco corrido de cimentación, el negativo de la primera hilada de sillares y la reutilización de piezas románicas como basas y molduras, confirmando de esta manera lo que se presuponía, que el templo pudo contar desde el siglo XI con un claustro románico de una sola planta, ubicado en el mismo lugar que el claustro mayor herreriano actual. "Se construyó a escasos centímetros del actual, con una superficie superior al moderno, pero fue totalmente desmantelado y sus piezas románicas reutilizadas para las zapatas de cimentación del claustro renacentista", ha concretado el director de las excavaciones.
Además, se ha terminado de excavar la muralla monástica descubierta en la anterior campaña, "sacando a la luz una estructura de gran potencia que cerraba todo el recinto monástico septentrional y que sólo se conocía a través de antiguas fuentes escritas" según Gordón. Esta cerca perimetral daba acceso a la iglesia, probablemente en el momento en que el templo adquirió funciones parroquiales.