El modelo de consumo de los hogares de Castilla y León y los productos que demandan sus habitantes tiene su reflejo en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). La Comunidad registró un tipo medio ponderado de este impuesto del 9,89 por ciento en 2023, el segundo más bajo entre las autonomías de régimen común, sólo por detrás de Murcia, 8,68 por ciento, y lejos de la media nacional del 14,08 por ciento. A la cabeza, las autonomías más ricas, Madrid, 15,76 por ciento, y Cataluña, 14,33 por ciento.
Así lo recoge la Agencia Tributaria en un informe analizado por Ical, que sitúa el tipo medio abonado por los castellanos y leoneses de media en 2023 por debajo del diez por ciento del tipo reducido del impuesto establecido para facilitar el acceso a las productos y servicios más básicos. Cabe recordar que el tipo general está al 21 por ciento, y junto al reducido, están también el superreducido del cuatro por ciento, aunque también se aplican el 5 y el 0 por ciento en determinadas operaciones.
El dato del tipo medio ponderado de 2023 es el más bajo desde 2012, cuando se situó en el 9,37 por ciento. Asimismo, cabe destacar que descendió 1,42 puntos respecto al dato de 2022, del 11,32 por ciento, muy ligado también a las medidas de lucha contra la inflación del Gobierno, con la supresión, desde el 1 de enero de 2023, del IVA de los alimentos que ya tenían el tipo reducido del cuatro por ciento y, además, la bajada del diez al cinco por ciento del IVA de los aceites -incluido el de oliva- y las pastas, informa Ical.
El análisis tributario pone de relieve que en el año de estudio, se contabilizaron en Castilla y León 196.563 declarantes de IVA, lo que supone un ligero aumento del 0,23 por ciento respecto al dato de 2022 (196.119). Los declarantes de la Comunidad representaron el 5,7 por ciento de los 3,65 millones del conjunto de las autonomías de régimen común.
Una cifra relevante fue la de las ventas declaradas, que ascendieron a 98.147,33 millones de euros, casi 4.500 millones más que el ejercicio anterior, con un crecimiento porcentual del 4,8 por ciento, impulsadas por la inflación. Y es que las compras corrientes que efectuaron esos declarantes sumaron 73.144,96 millones de euros, que supone una bajada del 1,9 por ciento en comparación con la cifra del año precedente.