La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, no oculta que la subida de la tasa de basuras va a ser inevitable y se va a producir «sí o sí». Lo único que falta por saber es si el incremento de la tarifa se producirá el próximo ejercicio o si se puede retrasar hasta 2025, fecha tope que marcó la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para obligar a las entidades locales a que el coste del servicio de recogida de residuos se cubra íntegramente con la tasa que pagan los ciudadanos. La regidora de la ciudad detalla que estos días el equipo de Gobierno esta ultimando la elaboración del próximo Presupuesto y esta es precisamente una de las cuestiones a las que van a tener que dar respuesta.
Ayala achaca la futura subida de la tasa a la «herencia» recibida por el anterior Ejecutivo del PSOE y Cs, que, a su juicio, decidió aplazar esta decisión para la actual legislatura. Porque, tal y como recuerda, los socialistas eran sobradamente conscientes del incremento del coste al multiplicarse casi por cuatro el depósito de residuos al vertedero y al conocer también que el Ayuntamiento iba a tener que asumir una millonaria inversión en la renovación del Centro de Transformación de Residuos (CTR) del Ecoparque de Burgos. En la planificación de la encomienda de la gestión a Somacyl, que ya estaba prácticamente lista con el anterior Ejecutivo (aunque está a la espera del visto bueno de Intervención), ya se contemplaba que habrá que pagar un canon de alrededor de 3,7 millones de euros durante los próximos quince años.
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