Estados Unidos está mucho más cerca de Burgos de lo que muestran los mapas, al menos para dos de sus compañías más relevantes, Antolin e Hiperbaric, cuyas direcciones están muy atentas estos días a la deriva económica que tome el próximo inquilino de la Casa Blanca. Donald Trump ha prometido 'mucha más América' para los próximos cuatro años de su segundo mandato y en esa promesa y desafío económico para las potencias competidoras incluye intereses y negocios impulsados desde Burgos y que estos días previos al juramento del cargo en el Capitolio se están valorando.
La empresa más norteamericana de Burgos -la más global, sin duda, con 22.000 empleados repartidos por 25 países- es Antolin. Algo más de un tercio de su negocio en componentes y soluciones tecnológicas para el interior del automóvil se factura en USA. Según refleja la web corporativa, en este país cuenta con 13 emplazamientos industriales y comerciales operativos en la actualidad, a los que suma otros 9 en el vecino México.
La escala de Hiperbaric es más pequeña, pero no menos relevante. Abrió una delegación en Miami hace 12 años y hoy cuenta con 20 trabajadores en labores comerciales, de postventa y mantenimiento.
El 40% de la facturación de este líder mundial en maquinaria de altas presiones para la alimentación procede del país de Trump, donde la firma burgalesa mantiene relación con más de un centenar de clientes y tiene instalados aún más grandes equipos para uso en la industria alimentaria.
Antolin e Hiperbaric operan en un país cuyo nuevo gobierno tendrá por bandera la defensa de la empresa nacional en detrimento de la extranjera. Pero, a diferencia de la incertidumbre con la que se inició el primer mandato del magnate, ahora existe una experiencia previa de partida para aclarar por dónde pueden ir decisiones políticas que tocarán las cuentas de resultados de las multinacionales.
La expectación es máxima en la automoción, pues la industria norteamericana tiene una presencia muy relevante en México, donde están implantadas fábricas que abastecen a sus matrices del norte. Trump no ha dudado en sembrar dudas durante la campaña sobre cómo será esta relación comercial, y si cumplirá su amenaza de entorpecerla presionando con aranceles más altos. En el anterior mandato, pese a los temores iniciales, los intercambios entre México y EEUU se sucedieron con normalidad.
El magnate también ha azuzado en su campaña del Make America great again la rivalidad comercial con China, país que controla la tecnología y la cadena de suministro del vehículo eléctrico y que está llamado a marcar el futuro de la automoción. El enfrentamiento comercial entre grandes potencias se recrudece en un momento de profunda transformación de la industria del automóvil y de gran incertidumbre política y normativa con respecto al futuro de este sector.
EEUU y Europa también han lastrado con aranceles la importación de coches chinos, que se producen a menores costes y que cada vez son más competitivos en los mercados occidentales. En este contexto de fuerte rivalidad e incertidumbre, los grandes fabricantes están anunciando ajustes industriales (esta semana lo han hecho Ford y Mercedes; Volkswagen está en este proceso en Alemania). Se apuesta por alargar la vida de los vehículos de combustión y la presión en las cadenas de suministro (en los proveedores burgaleses, entre otros) no deja de crecer.
«Esperamos seguir así». En esa cadena de suministro mundial, Antolin es un actor muy relevante. «Algo más de un tercio de nuestro negocio procede del territorio norteamericano. Nuestra previsión es que esto siga siendo así en el futuro y, de hecho, esperamos que esta región tenga un muy buen desempeño en los próximos ejercicios», reflexionan desde la dirección de la multinacional, que confía en los nuevos proyectos «que estarán a pleno rendimiento en los próximos meses y que darán sus frutos».
«Tras el cambio electoral -argumentan-, es previsible que próximamente se concreten las medidas que van a afectar a la industria automovilística y que, por lo tanto, el nivel de certidumbre aumente. Esto siempre es una buena noticia tanto para los distintos actores que operamos en el mercado como para los clientes, para quienes la certidumbre es fundamental de cara a facilitar el proceso de compra».
¿Futuro eléctrico? Reconocido negacionista del cambio climática y defensor de las energías fósiles, Trump contará en su equipo de gobierno con Elon Musk, el impulsor de Tesla, uno de los mayores fabricantes de vehículos eléctricos del mundo y el único que parece capaz de competir con la avalancha de modelos chinos.
Las dudas sobre la dirección que tomará Estados Unidos en esta carrera de total transformación de la movilidad son grandes y, sin duda, apasionantes. Cabe preguntarse cuál es la apuesta de la multinacional burgalesa para estos próximos años: «Antolin no apuesta por un tipo de motorización concreta», sentencia su dirección.
La argumentación es concluyente: Actualmente, los componentes fabricados por Antolin se encuentran en más de 600 modelos de vehículos. En torno a un tercio de estos modelos ofrecen motorizaciones eco (vehículos 100% eléctricos o híbridos enchufables).
«No obstante -matizan- es cierto que el vehículo eléctrico es una oportunidad para reforzar la importancia de los componentes de interior y la innovación en este sentido, ya que las motorizaciones pierden peso como argumento de venta en este tipo de modelos».
'Duty free'. Andrés Hernando, CEO de Hiperbaric, tiene claro que la imposición de aranceles será un desafío para muchas compañías europeas y, lógicamente, españolas. «Para Hiperbaric no supondrá una amenaza».
La razón es sencilla: «Nuestra tecnología se enfoca a la industria alimentaria e, internacionalmente, se considera duty free, sin tasas. El sector alimentario está exento de estos aranceles, por lo que es muy difícil que apliquen un arancel al tipo de maquinaria que en Hiperbaric desarrollamos».
Pese a esta certeza, el fabricante de Villalonquéjar ha trabajado su planificación estratégica y su visión a largo plazo les sitúa en una posición «cómoda» ante una hipotética aplicación de aranceles. «Somos líderes mundiales en tecnología de altas presiones para el sector de la alimentación, con cerca del 70% de la cuota de mercado, con muy pocos competidores en el mismo, por lo que nuestra tecnología es un valor agregado y somos un socio estratégico para nuestros clientes en USA».