Menos de 30 suicidios en Burgos por primera vez en un lustro

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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La provincia tiene una tasa de 8,2 por cien mil habitantes, ligeramente menor que la nacional. La singularidad de 2023 es que se ha incrementado en mujeres

La alcaldesa, Cristina Ayala, y Juan Francisco Lorenzo, de Apresuic, en un acto para visibilizar este problema de salud pública en 2023. - Foto: Luis López Araico

El año pasado se suicidaron en la provincia de Burgos 29 personas, según fuentes del Instituto de Medicina Legal, lo que significa que todos los meses se quitaron la vida entre dos y tres hombres o mujeres, algo que viene siendo habitual en la última década, en la que las muertes autoinflingidas han oscilado entre 26 y 36, lo que supone una tasa de 8,2 por 100.000 habitantes, ligerísimamente inferior a la que tiene España, con 8,8. Dentro de la inmovilidad de estas cifras, que no han experimentado cambios sustanciales y significativos en más de diez años, hay un dato que pudiera servir para la esperanza y es que 2023 ha sido el primer año en un lustro que se cierra con un número inferior a 30.

Hay otra singularidad de las cifras que arroja el cómputo final de 2023 y es que prácticamente por primera vez, el número de mujeres (12) se acercó al de hombres (17). Habitualmente, según recuerda Amador Martínez Tejedor, director del Instituto de Medicina Legal, la proporción es de dos tercios de varones por uno de mujeres, pero señala que no se pueden sacar conclusiones de una cifra puntual. «Es un hecho aislado, pero significativo con respecto a años anteriores y frente al que hay que estar atentos para ver su evolución. En general, todos los datos los tenemos que contemplarlos con perspectiva, como los del conjunto global y la influencia que en ellos hayan podido tener las acciones que en los últimos años se están llevando a cabo en la ciudad para visibilizar este problema y poder prevenirlo, que son muy positivas y están abordando este fenómeno de la mejor manera posible».

Por edades, el mayor número se recogió en el tramo de los 65 a los 80, con 13 personas que decidieron acabar con sus vidas. El resto fueron de mediana edad y hasta los 21. También se registró un caso de menor de edad, con 16 años. «Es muy necesaria la concienciación social en el grupo de los adolescentes, que las familias estén al tanto frente a cualquier cambio en el estado de ánimo, que les inviten a hablar de lo que les pasa y si ven que lo necesitan, acudir a un servicio de urgencias a consultar con el médico de cabecera», señala.

Lo que en ningún caso hay que hacer, añade, es minimizar el riesgo o entender que se trata de palabras o acciones «para llamar la atención»: «Siempre hay que actuar frente a alguien que dice que está sufriendo o que insinúa que podría hacer algo para dañarse».

Es lo que sostiene Juan Francisco Lorenzo, miembro de Apresuic, un colectivo pensado para trabajar en la prevención del suicidio que incorpora a profesionales de diferentes ámbitos y que comenzó su singladura en 2022, después de que un grupo informal de familiares de personas fallecidas por suicidio comenzara a reunirse con el apoyo de la Gerencia de Atención Primaria de Sacyl y a dar visibilidad a este problema de salud pública, del que nunca se había hablado en la ciudad en términos tan sinceros como lo hicieron estos afectados a finales de la década pasada.

Lorenzo pone el foco en las personas de edad, parte del grueso de los fallecidos por suicidio, y lo vincula con la soledad. «Para mucha gente la soledad no deseada o el aislamiento le quitan sentido a su vida, porque quienes componían su núcleo social ya no están o están lejos, y esto es un caldo de cultivo para empezar a pensar en dejarse morir o quitarse la vida. Las personas que se suicidan no se quieren morir, quieren dejar de sufrir pero, a veces, no saben cómo acabar con ese sufrimiento o lo han intentado y no lo han conseguido.

Coincide con Amador Martínez Tejedor en que es aún pronto para saber la incidencia de la visibilización del suicidio en las cifras que se producen anualmente. «Estamos seguros de que algún impacto tendrá, pero seguramente a más largo plazo. Lo que sí debe saber la gente es que preguntar a alguien a quien se ve decaído o triste si está pensando en el suicidio no es impropio. Hay que dar a estas personas la oportunidad de hablar porque, a veces, sienten vergüenza o no se atreven a verbalizar lo que les pasa. Sería un principio de 'terapia' para, después, buscar ayuda profesional de la manera más diligente», señaló.

Grupo de apoyo a supervivientes de suicidio
Correos electrónicos: jflorenzo@yahoo.es y degamonal@gmail.com. También se les encuentra en Facebook como Grupo de Apoyo a Supervivientes de Suicidio. Formado por personas que han perdido a alguien por suicidio.

Teléfono de la esperanza
Atiende en los siguientes números:
 947 10 71 09 / 647 907 096/ 717 003 717.

Grupo de apoyo a la prevención del suicidio
Creado desde el Ayuntamiento. Correo electrónico: prevenirsuicidioburgos@gmail.com. También se les puede encontrar en Instagram en la cuenta @prevencionsuicidio.burgos.

Asociación Prosalud Mental (Prosame)
Teléfono: 947 22 39 16. 
Correo electrónico: info@saludmentalburgos.org.

024
Línea de atención a la conducta suicida del Ministerio de Sanidad.

112
Teléfono de emergencias.